Corrupción y Desigualdad

NO TE DEJES CONFUNDIR, BUSCA EL FONDO Y SU RAZÓN

La lucha contra la corrupción remueve al país entero. El suicidio de Alan García ha querido ser aprovechado políticamente por los congresistas apristas, a pesar de que los cargos en su contra estaban fundamentados en los 5 millones de dinero sucio entregados por Odebrecht a su secretario Luis Nava y a las pruebas de que los 100 mil dólares que recibió García por una conferencia en Sao Paulo provenían de la “Caja 2” de Odebrecht y fueron gestionados directamente con Jorge Barata.

La prisión preventiva de PPK también ha tenido sus críticos, incluyendo a Vizcarra. Pero Kuczynski favoreció a Odebrecht en la mega-corrupción de la Interoceánica y luego le cobró más de un millón de dólares por un supuesto servicio de asesoría del que no se ha visto una sola línea. Están claros también sus intentos de obstruir la justicia; Ernesto de la Jara nos ha recordado que “está probado que mintió cuando explicó con qué fondos pagó los casi 700,000 dólares con los que adquirió su casa de Choquehuanca (…) su solicitud para salir del país a hacerse un tratamiento del corazón está llena de irregularidades. Ha hecho transferencias a su chofer (más de 600, 000 dólares) y a su secretaria que se niega a explicar. Ha mentido en relación a cómo ubicar a quien fue su contadora durante los años investigados. No ha hecho nada por tener un mínimo de arraigo en el país”. Como en el caso de Alberto Fujimori, la avanzada edad de quienes han hecho un gigantesco daño a nuestro país no debe ser un criterio para que no respondan a la justicia cumpliendo las penas que les corresponden.

INDIGNANTE DESIGUALDAD

Estamos en un momento crítico de la lucha anti-corrupción y mantenemos las esperanzas de que tras las declaraciones de Jorge Barata tengamos juicios rápidos y cárcel efectiva a todos los corruptos que la tienen bien merecida.

Pero si miramos un poco más veremos otro tema importante en la agenda pública, el de la desigualdad económica y social hacia los campesinos y pobladores rurales, puesto en evidencia tanto en el conflicto Las Bambas como en los recientes datos del INEI sobre la pobreza monetaria. El conflicto de Las Bambas ha mostrado como el estado peruano actúa de manera discriminatoria al permitir que pasen cientos de enormes camiones diariamente por los terrenos de la comunidad de Fuerabamba violando su derecho a la propiedad, a un medio ambiente saludable y a su sostenimiento económico familiar basado en la ganadería, algo que no sucedería en ningún distrito de clase media alta limeña. El contraste es grande frente al caso del aeropuerto Jorge Chávez, donde la construcción de la segunda pista está paralizada, afectando seriamente el transporte y el turismo porque la multimillonaria familia Valle Skinner recurre a argucias judiciales, sin que a ellos o a su abogado Enrique Ghersi se los meta a la cárcel acusándolos de chantaje. El problema de fondo es que “hay gente que sigue considerando que los serranos, los indígenas somos ciudadanos de segunda categoría”, como ha dicho Verónika Mendoza.  

Las cifras de pobreza del INEI resaltan esa desigualdad. Una familia limeña logra en promedio 1 300 soles mensuales pero en la sierra rural solo llega a 480 soles, con el grupo más pobre viviendo con apenas 100 soles mensuales. Las distancias son mucho mayores en relación al exclusivísimo club de los billonarios peruanos, que en la minería y las finanzas han amasado fortunas superiores a los 8,000´000,000 de soles, con solo dos familias teniendo más riqueza de lo que ganan los 7 millones 400 mil pobladores rurales peruanos en un año.

Se suma a esto una terrible injusticia fiscal, con gravísimas deficiencias de la educación, la salud pública y los caminos rurales causadas porque el presupuesto para esos rubros es mínimo, mientras las exoneraciones tributarias 15,000 millones anuales y la evasión y elusión de las grandes empresas son todavía mayores. La llamada “norma anti-elusión” según el propio ministro de finanzas permitiría 4 mil millones de soles adicionales de presupuesto público, pero a pesar de ya ser ley (el DL 1422 la aprueba por segunda vez, como si no hubiera bastado una) el gobierno Vizcarra no la aplica esperando que el congreso fujimorista apruebe las demandas de la Confiep para “ablandarla” a su medida.

Hay además un serio problema de empleo urbano, en especial en Lima, donde este verano se ha perdido 19 mil empleos, adicionales a los 69 mil perdidos el año anterior en empresas (de más de 10 trabajadores). No por gusto las encuestas indican que la ciudadanía es fuertemente crítica a la política económica. A los 300 mil jóvenes que entran cada año a la fuerza laboral se han sumado 700 mil venezolanos, mayor oferta que se ha traído abajo los ingresos de los informales, como me contó recientemente un taxista que antes podía hacerse 200 soles diarios y ahora no llega a 150. La Confiep y sus medios concentrados, claro, sonríen felices cuando pueden reducir salarios.

RIQUEZA CONCENTRADA GRACIAS A LA CORRUPCIÓN

Aunque el tema de la corrupción pareciera distinto al de la desigualdad, no es así. Los grandes empresarios del “club de la construcción”, embarradazos en coimas y compra de arbitrajes, son los mismos que defienden la política neoliberal y hacen lobby en favor de las Alianzas Público-Privadas sin controles que les permitieron robar tanto. La bolsa oculta de 2 millones de la Confiep a favor de la campaña de Keiko, con aporte de Odebrecht incluido, tuvo como contraprestación la defensa fujimorista de exoneraciones tributarias, paquetazos anti-ambientales y desinformación de la industria de comida chatarra, políticas que les permiten abultadas ganancias.

En resumen, la causa profunda de la  enorme concentración de la riqueza, bajo presupuesto social y pobreza rural es que los grandes empresarios de la Confiep han capturado el estado peruano por décadas. Recordemos que Jorge Camet, presidente de Confiep, fue ministro de economía de Alberto Fujimori por varios años, y que su empresa JJC es una de las socias peruanas de Odebrecht con coimas de por medio. El que ahora los medios concentrados vinculados a la Confiep se empeñen en criticar la prisión preventiva cuando esta afecta a PPK o a Alan García tras haber mantenido un sonado silencio cuando otros eran los afectados, no es pura coincidencia: defienden a los suyos.

Siendo la lucha contra la corrupción esencial para un futuro democrático, redefinir la relación entre el estado peruano y las empresas también es indispensable para el desarrollo económico. El estado tiene que defender el interés nacional frente a estos grandes conglomerados, pero al mismo tiempo se necesita información e inteligencia para promover innovaciones, financiar nuevos negocios y apoyar el despliegue productivo diversificado, algo que requiere de la colaboración del sector privado. El desarrollo requiere una relación fructífera entre estado y empresas, pero esto no puede darse si no se pone un pare a la corrupción.

RESISTENCIA MANIPULADORA

En estos meses hemos recuperado la esperanza de que en el marco de la lucha anti-corrupción logremos romper con esta captura del estado por parte de los grandes poderes económicos. Pero éstos no están indefensos y ya se han planteado una nueva estrategia política. La Confiep ha nombrado a una fujimorista como su presidenta en la misma semana que Fuerza Popular se “relanzó” buscando conectar con el pueblo conservador. Lo hacen respondiendo a otras buenas noticias recientes: la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, otro enorme cambio social y político en proceso, dio un paso adelante cuando la corte suprema rechazó que el enfoque de género sea retirado del currículum. Paralelamente otro fallo judicial obliga al reconocimiento del matrimonio de Susel Paredes y Gracia Aljovín, dando respaldo a que quienes aman a personas del mismo sexo tengan también este derecho, dando fin a una discriminación inaceptable.

Lamentablemente, hay todavía sectores ciudadanos que quieren conservar tradiciones discriminatorias. Les da mucho miedo el cambio en su entorno inmediato y no pueden enfrentar los vericuetos de su propia sexualidad. Los sectores ultra-conservadores buscaron retomar la iniciativa con el pretexto de que en una página escondida de un link señalado en un libro escolar se explica el sexo anal, como si no fuera necesario que los adolescentes y jóvenes tuvieran una educación sexual integral y no estuvieran ya aprendiendo por su cuenta de peor manera con internet.

El fujimorismo busca encubrir su defensa de los lobbies de la Confiep, la contaminación de las mineras, las sobreganancias de bancos y AFPs, las exoneraciones tributarias para  agroexportadores y universidades-negocio, la comida chatarra y su propia corrupción. ¿Cómo? Encubriéndola con un mensaje reaccionario, de vuelta al pasado y defensa del machismo desembozado. Supuestamente defienden la familia tradicional pero están llenos de hipocresía sexual, como el congresista Ushiñahua que defiende “con mis hijos no te metas” pero le encanta ver pornografía. Creen poder seguir el camino Trump y Bolsonaro, que combinan machismo, racismo y autoritarismo para encubrir una política de privatizaciones, reducción del estado social y reformas anti-laborales que agravan la desigualdad económica y social. 

Lo que busca el fujimorismo con sus mensajes contra la equidad de género y la educación sexual es esconder su corrupta defensa de los abultados bolsillos empresariales, de donde han salido millones para sus campañas. Es tiempo de recordar a Rubén Blades: “oye latino, oye hermano, oye amigo, no te dejes confundir, busca el fondo y su razón, recuerda se ven las caras pero nunca el corazón, y el plástico se derrite cuando le da de lleno el sol”.

Nuevos Motores Económicos para Generar Empleos

El Perú tiene una severa falta de empleos. Para enfrentarla es indispensable poner en marcha otros motores en la economía más allá de la minería. Lamentablemente PPK tiró al tacho lo que se había avanzado en los años previos en políticas de diversificación productiva y el gobierno de Vizcarra no ata ni desata en este tema. Recientemente el ministro Oliva ha dicho que “ojalá dentro del primer semestre de este año, podamos plantear estos grandes marcos conceptuales que faciliten la inversión en estos sectores”, muy lejos de medidas concretas como parte de un plan. Y eso que Oliva sólo se refirió a dos sectores, acuícola y forestal, sin que en este último se esté tomando en consideración los serios problemas que tenemos de deforestación y violación de derechos indígenas.

Pero como bien ha dicho en un artículo reciente Piero Ghezzi, unos pocos sectores no bastan dada la enorme falta de empleo existente y los rubros con potencial que tenemos. Algunos de ellos ya están en nuestra estructura productiva, como la industria textil que alguna vez fue nuestra principal exportadora no tradicional pero que gracias a políticas neoliberales fue destrozada por importaciones a precio “dumping” asiáticas. Siendo clave en la generación de empleo y el avance de la productividad, el conjunto de nuestro aparato industrial está duramente golpeado, produciendo menos que cinco años atrás mientras la industria china y asiática avanza a todo trapo.

Otros rubros, como el turismo ecológico y cultural hacia nuevos destinos más allá de Machu Picchu, avanzan lentamente cuando podrían estar creciendo a ritmos acelerados generando muchísimos empleos. La industrialización de nuestros productos agropecuarios es otro gran potencial; personalmente soy adicto a los chocolates peruanos que están saliendo de altísima calidad y que permiten aprovechar mejor nuestra diversidad de cacao. En café, mientras los colombianos han invertido en colocar su “marca” a nivel mundial y en su propia cadena “Juan Valdez”, nosotros tenemos mejor café y más variado pero seguimos exportando en grano con bajo valor agregado. El aprovechamiento de frutos y plantas amazónicas para productos de belleza y cuidado personal es la base de la brasileña “Natura” con ventas de billones de dólares a nivel mundial, algo ausente en el Perú aunque tenemos esa misma biodiversidad amazónica y aún más.  

La cantidad de iniciativas, productos y servicios es grande y no debemos limitarnos a sólo dos sectores, aunque sin duda hay que ser cuidadosos con que las políticas que se adopten no promuevan la corrupción o resulten demasiado costosas. La clave es generar empleos y crecimiento sostenible. No hay posibilidades de desarrollo salvo innovando e investigando nuevas tecnologías.

MERCADOS CON INCENTIVOS

La principal política para diversificar, generar empleos y consolidar nuevos sectores con productividad creciente debe ser una basada en incentivos y el primero de ellos es el mercado. Sin mercado donde vender, no hay negocio.

Un primer problema que tenemos al respecto es que nuestro mercado nacional está desarticulado porque la infraestructura de carreteras es pésima. Basta salir unos pocos kilómetros de Lima hacia la carretera central, la principal vía de conexión de la capital con el interior de la zona central andina y amazónica, para darse cuenta, mientras las Alianzas Público-Privadas (APPs) suscritas tienen paralizadas las obras en las salidas de Lima. Es solo un ejemplo, al que se le puede añadir el escandaloso caso del aeropuerto Jorge Chávez, APP entregada a un consorcio que aún no hace la inversión importante de la segunda pista aunque ya los aviones hacen cola y se demoran en aterrizar frenando el ingreso de turistas y la salida de productos al exterior, situación que empeorará los próximos tres años cuando menos. La cantidad de carreteras nacionales, regionales y locales, puertos y vías deterioradas o rebalsadas de tráfico es enorme, y eso impide el desarrollo de un mercado nacional: a veces es más barato traer productos del Asia que de la selva peruana.

Es indispensable reactivar la inversión pública, que es hoy 1% del PBI menos que seis años atrás, porcentaje que equivale a más de 7 mil millones de soles anuales menos. El MEF de la Confiep prefiere mantener exoneraciones privilegiadas y permitir la elusión de los grandes empresarios, a  invertir en infraestructura indispensable. Tienen su segunda, apostando de paso a que con el falso argumento de “no hay fondos” las socias del “club de la construcción” se ganen con nuevas APPs que podrán renegociar y someter a arbitrajes decenas de veces para seguir robándonos con mayor facilidad. Se pierde una enorme oportunidad, ya que un empujón de inversión pública permitiría además una reactivación del mercado interno en el corto plazo, generando miles de empleos en la construcción y en la industria de materiales, trabajadores que a su vez volcarían sus salarios a la demanda interna.

Un segundo problema es que al permitir que las importaciones de ropa usada y barata invadan nuestro mercado, se está condenando al desempleo a decenas de miles de personas, ya que en esas condiciones la industria textil y de confecciones nacional puede colocar menos productos. Esto se repite en relación a otros sectores; es el caso de la importación de leche subsidiada que afecta a la ganadería andina de la que viven cientos de miles de peruanos y de la importación de trigo producido por la agricultura subsidiada de los Estados Unidos que reemplaza a los granos y productos nativos. Todos los países grandes que han logrado un nivel económico avanzado, desde Inglaterra (hasta el siglo XIX), Estados Unidos (hasta 1950), Japón, Taiwán, Corea y ahora China, han protegido su mercado nacional para que sus industrias prosperen y generen empleo. En el Perú hoy una política de ese tipo pasa por evitar que el precio del dólar caiga (porque eso resta competitividad y abarata las importaciones), reestablecer selectivamente aranceles (impuestos a las importaciones) e imponer adecuados estándares de calidad (evitando que vengan conservas contaminadas del Asia, por ejemplo), exigiendo metas de exportación e innovación a los industriales nacionales. Lamentablemente el neoliberalismo ideologizado considera anatema el camino seguido con éxito por los gigantes asiáticos.

INNOVACIÓN Y FINANCIAMIENTO

Cuando tardíamente en el gobierno anterior se inició la diversificación productiva, Piero Ghezzi puso en marcha dos buenas políticas. La primera fue la de las “mesas ejecutivas” facilitadoras de un diálogo de los productores con las distintas instituciones estatales para identificar problemas y soluciones, iniciativa que en el papel el MEF dice que se mantiene pero que luego de 2 años de Zavala, Cooper, Tuesta y Oliva no tiene resultado alguno que mostrar. La segunda fue la de mejorar y ampliar los Centros de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITEs), de los que hay una treintena en rubros tales como vitivinícola (pisco), calzado, textiles de alpaca, industrias creativas, etc, los que han regresado nuevamente al olvido (los CITEs ya tienen un par de décadas pero con muy poco apoyo, salvo la gestión de Ghezzi).  Es importante reimpulsar estos centros de innovación, que deben servir a las necesidades de los productores, difundiendo y capacitando en nuevas tecnologías.

Otra política muy necesaria y que otros países aplican con mucha fuerza consiste en facilitar el financiamiento mediante bancos nacionales de desarrollo. China tiene varios bancos de enorme tamaño con este fin, su banco agropecuario es el cuarto banco más grande del mundo, pero junto a este hay varios otros con fuertes compromisos en la frontera de la innovación, por ejemplo en paneles de energía solar, carros eléctricos, nuevas plataformas de información, smartphones, etc. Alemania tiene la KfW, un fuertísimo brazo financiero que ha tenido un rol clave en energías alternativas y tecnología manufacturera. Estados Unidos tiene un gran apoyo financiero a pequeñas empresas y a innovadores. En Escocia se está poniendo en marcha un banco de desarrollo especialmente orientado a innovación y nuevas industrias. En nuestra región destacan los esquemas financieros y bancos públicos de Chile y Brasil. Estas instituciones hoy combinan diversos instrumentos financieros, usando no solo préstamos sino también aportan capital de riesgo para financiar productos nuevos que requieren probar prototipos, hacer estudios de mercado, etc.

Mientras tanto, en el Perú tenemos al Agrobanco prácticamente paralizado, a Cofide con muy poca iniciativa y al Banco de la Nación que tiene una red enorme pero se limita a tramitar pagos del estado sin ninguna mirada de desarrollo productivo. Al mismo tiempo más de la mitad de las pequeñas empresas y más del 90 por ciento de las microempresas no tienen acceso a financiamiento y un tercio de las empresas medianas y grandes no piden préstamos porque son muy caros, lo que se debe a  que el spread o margen de ganancia bancario en el Perú es el cuádruple que el de Chile. Es posible enfrentar esto poniéndonos al día con las mejores prácticas de financiamiento público, con directorios escogidos en base a mérito y cuyos miembros tengan estabilidad y se vayan renovando poco a poco, con mucha transparencia y discusión pública de sus objetivos y operaciones.

Una política sostenida de diversificación e innovación podría lograr que en el Perú hubiera un crecimiento económico aparejado con fuerte creación de empleo, que es lo que necesitamos. Hace tiempo que nos lo debemos y no debiéramos llegar al Bicentenario sin él.

Vizcarra hundido por su Política Económica

¿Por qué ha caído tanto la popularidad de Vizcarra en la opinión de la ciudadanía? Como he escrito hace un par de semanas, varios analistas entienden que esto se debe a una falta de eficiencia de los ministros. El problema de este diagnóstico es que pone la clave en un tema de “selección de personal”, casi como de “head-hunteres” en la jerga empresarial de hoy: faltan ministros que sean mejores gerentes y “más cunda” políticamente hablando. Pero como es muy difícil saber quién es un “gran ministro-gerente-político”, esta discusión no tiene piso, aunque vale recordar que en sus inicios el gobierno de PPK fue presentado como un “gobierno de lujo” por poner de ministros a los grandes gerentes de la Confiep, experiencia que ya sabemos cómo terminó.

El problema sin embargo es otro; no es de capacidad gerencial ni de habilidad política como aquella de la que hacen gala Mulder, Bruce, del Castillo o Becerril. Hay un problema más de fondo, cual es una política económica que genera gran desigualdad y pocas oportunidades económicas para las mayorías y que mantiene los servicios básicos públicos en condiciones anémicas.

Recordemos que la caída de popularidad de Vizcarra no es algo fuera de lo común: todos los presidentes anteriores han tenido una enorme caída de popularidad en corto tiempo. En las últimas dos décadas el sistema político peruano es de los que menos apoyo ciudadano ha tenido en América Latina. Hay varias razones para ello pero una resalta: la falta de empleo y oportunidades de progreso económico. En la famosa frase de la campaña de Clinton: “es la economía, estúpido”. Las positivas cifras de crecimiento económico en una situación de altísima desigualdad no generan la prosperidad prometida.

Vizcarra ha seguido la misma política económica que las décadas pasadas, producto de lo cual el empleo y los ingresos de las familias han empeorado y el presupuesto para educación, salud e infraestructura es demasiado magro para lograr servicios razonables. En esas condiciones, la lucha anti-corrupción nos entusiasmó y llenó de esperanzas por un tiempo, pero luego nos ha resultado insuficiente. La ciudadanía quiere más y no lo está teniendo.

Veamos los datos de la última encuesta del IEP presentada recientemente. Entre las críticas a Vizcarra, luego de la inseguridad ciudadana sigue la mala política económica (29% la critica frente a 9% que la aprueba), seguido de que no trabaja para los más pobres (24% vs 14%) y que no está promoviendo el empleo (23% frente a 9% que aprueba). Incluso 21% de los encuestados dicen que Vizcarra se preocupa más por los venezolanos que por los peruanos. Un 64% cree que la economía del país crece “poco o nada”.

Hemos repetido en estas páginas las cifras de la pérdida de empleos en Lima, de la caída de ingresos de los trabajadores, del enorme desfase entre puestos de trabajo y los 300 mil jóvenes que se suman anualmente al mercado de trabajo, entre un gasto de educación de 3,5% del PBI y el acuerdo nacional y experiencia internacional de 6%. Hay que repetirlo, porque gente como Juan Paredes Castro de “El Comercio” dice que el problema es que se necesitan “ministros y ministras realmente idóneos para responder por situaciones de desastre en cada sector, desde aulas escolares en el puro suelo hasta toneladas de medicinas sin uso apropiado en los hospitales”. No señor Paredes, no hay toneladas de medicina tiradas en los hospitales, vaya a mirar, es al revés, FALTAN medicinas. Si faltan colegios en buenas condiciones es precisamente porque el presupuesto actual asignado a esa infraestructura no es ni la cincuentava parte de la brecha existente.

El problema, pues, es de ORIENTACIÓN POLÍTICA. Porque podría haber más presupuesto; el propio ministro Oliva ha dicho que con la política anti-elusión tendríamos 4 mil millones de soles más cada año, pero a pesar de que ya esta medida se probó dos veces por ley, el MEF no la aplica mientras no tenga el visto bueno de la banda aprofujimorista-Confiep. Para no hablar, por cierto, de lo que conseguiría eliminando exoneraciones abusivas y regalos especiales a las mineras o estableciendo un impuesto a las grandes riquezas, a los yates y a las millonarias casas de playa.

También es perfectamente posible una política pro-empleo digno, con empuje fiscal y monetario, más inversión pública, crédito abundante y barato, apoyo a las pequeñas empresas y el agro, diversificación productiva e impulso a la innovación. El continuismo neoliberal, sin embargo, sigue apostando a la minería y la extracción de recursos naturales y sin ninguna política hacia la producción de las mayorías.  

Lo que nos dice Las Bambas

El caso de Las Bambas es uno de los que mejor revela los enormes problemas del neoliberalismo que se sigue. Más allá de las protestas de la comunidad de Fuerabamba, Las Bambas es un caso más en el cual hay un enorme negocio en manos de trasnacionales que hasta la fecha no pagan impuesto a la renta por diversos beneficios tributarios pero igual sacan nuestros recursos y usan nuestra infraestructura, se opera afectando el medio ambiente con el paso de centenares de camiones diarios sin que haya habido análisis serio ni previsión alguna, esos cambios se imponen sin consulta previa a las poblaciones indígenas como lo manda los convenios internacionales y donde la policía está al servicio de la empresa estatal china de quienes recibe su cheque mensual.

El contraste entre la acción del estado peruano y el chino en este caso es revelador. ¿Cómo así llego la china MMG a Las Bambas? porque cuando la trasnacional Glencore quiso hacer una fusión a escala mundial con Xstrata, el estado chino aprovechó la oportunidad y le puso como condición que vendiera Las Bambas a una empresa estatal china. Chantajeó a Glencore, para usar una palabra hoy de moda, aunque en realidad sería mejor decir “condicionó”. En esas circunstancias, el estado peruano pudo también haber aprovechado para pedir mejores condiciones, pero fue al revés, aceptamos a pie juntillas una venta que dividía dos negocios, Las Bambas y Antapaccay-Espinar, y que en vez del mineroducto aprobado en el EIA los chinos tuvieran su carretera. La consecuencia son centenares de camiones pasando, polvo malogrando la vida de familias campesinas y enfermando sus ganados y el estado peruano cargando con el costo de mantener la carretera. Ninguna mirada de desarrollo nacional o regional del sur. Así, mientras el estado chino actúa estratégicamente y se asegura los minerales que necesita, nuestro estado permite que cualquier trasnacional venga a hacer lo que les dé la gana con nuestros recursos, nuestro ambiente y nuestra gente.

Vizcarra sigue esta línea. Seguimos sin tener una política que capture para nuestro estado nacional las rentas de esa riqueza natural mientras no se capacita a los profesores en educación intercultural bilingüe porque falta presupuesto. La “Política de Competitividad” del MEF no dice una palabra sobre la ganadería y agricultura andinas de la que viven millones de peruanos, aunque hay proyectos probados que permiten multiplicar su productividad con riego tecnificado, mejores semillas y selección genética. La política económica se preocupa de que las grandes trasnacionales consigan créditos más baratos pero no mueve un dedo por facilitar el crédito rural y agrario.

Dos Prioridades

La popularidad de Vizcarra es de 53% en los sectores A/B pero solo 39% en D/E; los de abajo están cada vez más desencantados. El 71 por ciento de los peruanos quiere que  “mantenga su lucha contra la corrupción y a la vez ponga más atención a la reactivación de la economía”, frete al hecho que la mayoría de los grandes corruptos aún están libres y la reforma de la justicia sigue aguantada por el fujicongreso.

En el 2019 estos dos grandes objetivos, la lucha anti-corrupción y la mejora de las oportunidades socioeconómicas deben ir de la mano. Si el gobierno se descuida de lo segundo, perderá popularidad y no tendrá fuerza para torcerle la mano a la banda de los corruptos, fuerza que solo servirá si mantiene una firme voluntad anti-corrupción, evitando cualquier claudicación disfrazada de un falso “diálogo” con quienes han saqueado el país. Tremenda responsabilidad del gobierno Vizcarra con la historia.

Choque de Civilizaciones

El escenario internacional ha cambiado hacia uno marcado por el conflicto entre Estados Unidos y China. A pesar de que Donald Trump es un tipo impulsivo, impredecible e irrazonable, no se trata de una política meramente marcada por su personalidad. La pelea de fondo es por la punta tecnológica, la misma que definiría la supremacía económica y político-militar. Esa es la razón por la cual el “establishment” económico-financiero gringo insiste en que el centro de la disputa es lo que ellos consideran el robo de parte de China de la tecnología estadounidense. No es tampoco casualidad el conflicto alrededor de Huawei, llegando a encarcelar a su gerente financiera e hija del propietario de la empresa y a presionar a otros países para que declaren que los equipos Huawei ponen en peligro la seguridad nacional porque permiten el ciberespionaje, algo que ni Alemania ni Inglaterra han aceptado por falta de pruebas.

Se trata de una lucha por la hegemonía mundial. Continue reading “Choque de Civilizaciones”

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