El ministerio de trabajo, siguiendo una encuesta que realiza hace más de 4 décadas, reporta que el empleo viene cayendo. La caída es de 0,3 por ciento del empleo total en empresas formales y es más aguda en la industria, sector en el que cae 2 por ciento en Lima y 3 por ciento en provincias. Ese dato ha sido registrado y publicado por el BCR durante más de 30 años: ya no lo hace.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática es otra fuente de información, entregando datos nacionales a partir de la Encuesta Nacional de Hogares – ENAHO. En vez de preguntar a las empresas, preguntan puerta por puerta a una muestra de viviendas y hogares seleccionados al azar. El INEI tiene además una encuesta especial de empleo para Lima que entrega datos de manera más continua y rápida; según esta fuente, en este año entre enero y setiembre el empleo en empresas medianas (de 11 a 50 trabajadores) cayó 3 por ciento y el empleo en empresas grandes (más de 50 trabajadores) cayó en 0,8 por ciento.
Pero el BCR ahora ha sacado una paloma de la manga. Cual mago, ha inventado y publica una nueva medida. Como las anteriores mediciones ya no les gustan, el directorio actual del BCR ha decidido cambiarlas. La nueva estadística es una a cuya base de datos nadie tiene acceso, a diferencia de las estadísticas del INEI que cualquiera puede consultar y hacer sus propios cálculos. La nueva y nada transparente medida del BCR se basa en la SUNAT, pero como los datos de la SUNAT están protegidos por el llamado “secreto tributario”, nadie sabe ni puede saber cómo se han calculado. En otras palabras, hecha a ocultas y sin poder ser replicada, la nueva estadística carece de los criterios básicos de un conocimiento científico o de una información confiable. Por supuesto que los nuevos datos muestran un panorama del empleo mucho más “rosado” y favorable que las otras dos.
No es el único problema de esos datos. Como es evidente, el Perú tiene un serio problema de informalidad. Si uno quiere saber cómo les va a las familias peruanas y al empleo en el Perú no puede ver solo el empleo registrado por la SUNAT. Sabemos incluso por las encuestas del INEI que más de un 10 por ciento de los trabajadores en empresas formales grandes son trabajadores contratados bajo formas ilegales para quitarles derechos y beneficios. La medida preferida del BCR no considera nada de eso: sólo incluye lo que las empresas le cuentan a la SUNAT, que bien sabemos no suele ser toda la verdad. Es, evidentemente, una medida parcial y sesgada.
¿Por qué esta urgencia por ocultar la dramática verdad del empleo en el Perú? Porque quieren engañarnos y ocultar su responsabilidad en la mayor falta de empleos, que se agrava con las altas tasas de interés. Porque mientras haya más desempleo sus amigos de la Confiep tendrán más poder frente a sus trabajadores y podrán pagarles menos y explotarlos más. Ese es el BCR de los fujimoristas y pepecausas, de José Chlimper, Rafael Rey y Julio Velarde.
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