Las AFPs aumentaron sus ganancias en 2018 porque nos cobraron comisiones por 1,300 millones de soles, 77 millones más que el año anterior. Pero los afiliados perdimos 1.3% (en los fondos 2, en los fondos 3 fue peor) de nuestra cuenta, la rentabilidad es negativa aún sin considerar el costo de las comisiones.
Hay que anotar que la rentabilidad de las AFPs en casi 18 por ciento es altísima: nunca ni en el mejor de los años los afiliados hemos estado siquiera cerca de esa cifra. Cualquier negocio que saque 8 a 10 % de rentabilidad anual es considerado altamente rentable.
Haciendo una comparación, vemos que el sistema privado que nos dicen es siempre muy eficiente nos obliga a pagarles comisiones a cuatro AFPs en manos de grandes grupos financieros por 1,300 millones de soles anuales, cuando el estado gasta en 540 mil adultos mayores en extrema pobreza suma 860 millones de soles (y ni 20 millones se van en la administración de ese sistema). Pero para los neoliberales eso es justo, para mí es muy injusto. El sistema de AFPs requiere reformas urgentes, acá una idea de reformas parciales y de otras más globales.
- Cambios parciales
Propuesta 0: Aprobar el Régimen Especial de Jubilación Anticipada – REJA de manera permanente. Alguien que a los 55 años está desempleado debe poder retirar su dinero para invertirlo en un negocio que le de ingresos básicos. Una pena que Vizcarra haya observado la ley que amplía temporalmente el REJA.
Propuesta 1: En Uruguay y Chile se ha formado una AFP pública con comisiones bajas. En Uruguay desde el inicio del sistema, con gobiernos de derecha. ¿Por qué los afiliados no podemos escoger, si queremos, un administrador público, si se trata de nuestros fondos?
Propuesta 2: Soy afiliado pero desconozco en qué está invertido mi dinero, representando mi fondo nombraron al fujimorista José Chlimper en el directorio de Graña y Montero donde circulaban coimas a granel, y se ponen la mitad de mi dinero en el exterior en no sé qué fondos mutuos pagando no sé cuánto de comisiones. Debe haber transparencia y participación de los afiliados en las AFPs, tenemos derecho a saber lo que hacen con nuestra plata y a opinar al respecto.
Propuesta 3: Aun cuando existe el sistema público administrado por la ONP, todas las reglas de juego están sesgadas a favor de las AFPs: menores descuentos, pensión o fondo acumulado aun cuando no tengas 20 años de aportaciones, posibilidad de retirar el 95% de tu fondo a los 65 años para que tenga condiciones no peores que las AFPs. La cancha debe estar nivelada.
Propuesta 4: La mayoría de peruanos aún no tiene ni siquiera una pensión de sobrevivencia: se podría eliminar exoneraciones tributarias a bancos y aseguradoras y destinar ese dinero a un fondo para pensión universal.
Propuesta 5: Permitir que los bancos, así como administran CTS y tienen Fondos Mutuos, puedan administrar fondos de pensiones. Abrir la competencia es algo básico.
Propuesta 6: Limitar la cantidad de dinero de nuestros fondos que ponen en el exterior, que hoy suma 70 mil millones de soles que podrían invertirse en el Perú a rentabilidades mucho mayores: si la banca tiene rentabilidades casi del 20 por ciento y a las pymes les cobran 40 por ciento! Los fondos de pensiones de Estados Unidos, Alemania o Inglaterra no tienen la mitad del dinero en el exterior, de ninguna manera.
Propuesta 7: Establecer un Sistema de Vigilancia de las Comisiones, obligando a las AFPs a sustentar sus cobros y poniendo un tope a la rentabilidad que las AFPs obtienen esquilmando a los afiliados con comisiones abusivas.
- Reforma Global
Las medidas anteriores son parciales, pero mejor sería una reforma integral del sistema de pensiones y de seguridad social en lo referido a discapacidad permanente y accidentes y enfermedades de trabajo.
Un sistema adecuado sería un sistema universalista y de pilares superpuestos, donde todos los peruanos mayores de 65 años y con discapacidad severa reciban una pensión básica, complementada con un sistema público de pensiones “de reparto” y redistributivo somos fue inicialmente el Sistema Nacional de Pensiones, y con un mecanismo de ahorro adicional sumamente flexible en el sistema financiero. Una revisión de las experiencias de Chile, Uruguay, México, Bolivia sería fundamental para recoger los sistemas y reformas de países vecinos.
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