Nuevas pruebas y testimonios aseguran que esta mafia conocida como “club de la construcción” pagó coimas por más de 56 millones de soles en un periodo de apenas tres años, aunque otros medios calculan que habrían sido 250 millones de soles.

Hoy sabemos que este club mafioso funcionó entre 2011 y 2014, pero es muy probable que el esquema de coimas viniera de años y hasta décadas anteriores; se trataba de una maquinaria bien aceitadita.  Como le dijo Marcelo Odebrecht a los fiscales peruanos: “El 5 por ciento o menos que Odebrecht era responsable … ya se descubrió.[…] Ustedes tienen que descubrir el 95 por ciento que no fue de Odebrecht. […] Así funciona América Latina entera”.

Entre las empresas nacionales identificadas en el club mafioso de la construcción estaban GYM, ICCGSA, JOHE SA, Grupo Plaza, Constructora San Marín, Obrainsa, Málaga, Cosapi, y HyH Casa, junto a las brasileñas Andrade Gutiérrez, Mota-Engil, Queiroz Galvao, OAS y Odebrecht.  Con la difusión de la lista y las pruebas adicionales, la absurda teoría de la ultraderecha pro-minera encabezada por Jaime de Althaus y Pablo Bustamante que decían que el único causante de la corrupción era el imperialismo brasileño corrupto de Lula ha quedado en el más completo ridículo: la porquería tiene amplias bases nacionales y largo historial, siendo las constructoras brasileñas algunas de las más avezadas pero de ninguna manera las únicas.

Vale la pena recordar un poco quienes son estas grandes empresas constructoras y sus dueños, y el rol que han jugado en la historia reciente del Perú. Porque no se trata de algunos “extraviados” de poca relevancia en el mundo empresarial peruano.

J Y J CAMET

Un caso recientemente revelado de este “club” es el de la rehabilitación de la carretera Huaura – Sayán, encargado a la sociedad conformada por Andrade Gutiérrez  y la peruana JJC contratada por 531 millones de soles, 40 millones por encima del valor referencial. Pagaron 809 mil dólares en coimas. La constructora JJC se llamaba antes J. y J. Camet, empresa de Jorge Camet, ex –ministro de economía de Fujimori. Camet fue nada menos que presidente de la Confiep, el gremio que agrupa a todos los grandes empresarios del Perú, la esencia del poder económico, los grandes defensores del modelo neoliberal, los que luego juntaron a escondidas dos “palos verdes” para hacer campaña pro-Keiko.

  1. y J. Camet era una empresa mediana hasta mediados de los años 90, pero cuando Jorge Camet llegó al ministerio de economía y finanzas sus contratos con el estado pasaron rápidamente de 40 millones a 866 millones de soles al año. Jorge Camet fue encarcelado en su momento por corrupción, que es la razón por la que cambió el nombre de su empresa a JJC, buscando ocultar la referencia a Camet. Su asesor principal en el ministerio de economía y finanzas durante el fujimorismo fue Roberto Abusada, el ideólogo neoliberal de “El Comercio” que reclama insistentemente que se quiten derechos a los trabajadores “gestionando” los fallos del Tribunal Constitucional. JJC ha sido también socia de Odebrecht en obras en las que esta ha reconocido coimas, como la Interoceánica Sur – tramos II y III, donde estaban también ICCGSA y GYM, otras dos empresas del “club mafioso de la construcción”. GYM, acrónimo de Graña y Montero, fue también socia de Odebrecht en el Metro de Lima – línea 1, otra obra con evidencia de coimas millonarias.

Ambas empresas JJC y GYM compartía las coimas con Odebrecht. El propio Marcelo Odebrecht ha dicho que “Si hubo algún proyecto nuestro en el que hubo un pago de coima, y Graña u otra empresa eran socias, con certeza lo sabían. Nadie iba a aceptar nada relativo a un proyecto y asumir un costo por los socios. Eso no existe”. Efectivamente; entre capitalistas, no es posible que un “costo” sea asumido por un socio y no por los demás. Tampoco existe que uno de los socios le regale plata al otro, pero GYM le regaló 45 millones de soles a Odebrecht: solo hay que sumar 1 más 1 para darse cuenta que esto era su parte de las coimas. Al respecto Jorge Barata confirmó que compartieron las coimas con sus socias peruanas: “El pago ha sido por Odebrecht, pero el resto de las empresas sí tenían conocimiento, no detalles, pero sí sabían que existía el acuerdo. Lo que sí es cierto es que se distribuyó entre los consorciados (…) ellos sabían que habíamos pagado y sabían que tenían que asumir lo que le correspondería”.

GRAÑA DE GRAÑA Y MONTERO

La asociación con Odebrecht no es lo único que comparten GYM y JJC. Roberto Abusada, el ex – asesor de Camet, es director en GYM. Entre el 2006 y el 2015, es decir incluyendo todo el periodo de las asociaciones con Odebrecht y del “club de la construcción”, también lo era José Chlimper, otro ex – ministro de Fujimori quien incluso presidía el Comité de Auditoría de GYM que encubrió todos los robos. GYM también ganó mucho con las privatizaciones de Fujimori en carreteras e incluso asociándose a Telefónica cuando esta asumió el monopolio de las telecomunicaciones durante la dictadura de los años 90 logrando enormes ganancias. GYM ha estado por décadas bajo el mando de José “Pepe” Graña Miroquesada, quien era vicepresidente de Telefónica en esos años cuando ésta evadió impuestos a la SUNAT en una deuda que hoy suma más de 6 mil millones de soles. Entonces era presidente de Telefónica un ex – primer ministro de Fujimori llamado Alfonso Bustamante y Bustamante.

José Graña MQ es la persona con más acciones en la Empresa Editora El Comercio, lo que añadido a su capacidad financiera le da una gran capacidad de influir en su línea editorial. Es obvio además que ser el peso pesado en el grupo mediático más grande del Perú, que controla 4 periódicos y un canal de televisión, le da a José Graña MQ una gran fuerza política. Lo hizo patente Alan García cuando, incómodo porque El Comercio reveló que las visitas de la lobista Zaida Sisson a Palacio de Gobierno coincidían con las adjudicaciones de obras a las empresas brasileñas, dijo que eso “Lo deben saber bien en El Comercio porque el principal socio de las empresas brasileñas era José Graña Miró Quesada, socio de Odebrecht y otras”.

COSAPI Y WATER PIAZZA

  1. y J. Camet no es la única empresa involucrada que ha sido propiedad de un destacado dirigente empresarial y ex ministro. Cosapi es una empresa fundada por Walter Piazza Tangüis, ya fallecido, quien como ministro de Morales Bermúdez aplicó el paquetazo pedido por el FMI en 1977. También fue presidente de IPAE (que organizan el CADE) y director de los bancos Continental y Crédito y de las empresas Telefónica, AFP Unión Vida y Cementos Pacasmayo. Su hijo, Walter Piazza de la Jara, fue presidente del gremio de las empresas constructoras CAPECO, base de la Confiep, en pleno auge del “club de la construcción” 2011-2014. Es decir, en esos años Piazza dirigía el gremio formal de los empresarios constructores, desde donde sacaba comunicados y presionaba por determinadas políticas, y al mismo tiempo se sentaba en la mesa de la mafia que se repartía las obras con coimas.

Cosapi participó de la privatización del aeropuerto Jorge Chávez como socia de Lima Airport Partners, el consorcio que tiene en sus manos el aeropuerto de Lima hace 18 años y que lleva casi una década de retraso en la construcción de la pista 2 pero cobra igual.

LIDERES NACIONALES

Hemos presentado el caso de tres destacados empresarios que han representado al empresariado nacional al máximo nivel gremial, se han presentado como líderes de opinión señalando los rumbos que debe tomar la nación, han tenido una fuerte influencia en la opinión pública mediante la propiedad y conexiones con los medios de comunicación masiva y han tenido altos cargos en el estado. Hoy sabemos que los tres están embarrados hasta el cuello en la mugre de la corrupción, tanto en sociedad con Odebrecht como en el “club mafioso de la construcción”.

¿Han cambiado estos empresarios? No. A pesar de los testimonios y pruebas que se acumulan, estos “pro-hombres de la nación” no reconocen ninguna falta y obstruyen la justicia todo lo que pueden, mientras siguen ganando millones del Estado gracias a la ley 30737 aprobada por la alianza PPK-Fujimorismo. Aunque no colaboren con la fiscalía y aunque no reconozcan faltas ni acepten pagar reparación civil alguna, JJC, GYM y Cosapi siguen presentándose a concursos y licitaciones, ganando proyectos y cobrando peajes y tarifas gracias a los contratos de Alianzas Público-Privadas (APPs) que se mantienen inalteradas a pesar de su origen corrupto. Es algo totalmente Inaceptable, sobre todo si no dan ninguna muestra de rectificación ni aceptan responsabilidad alguna y más bien hacen todo lo posible para que la corrupción continúe.

¿Es solo un tema de empresarios? ¿No hay también responsabilidad del estado? Claro que sí. Pero en este caso habría que recordar el pasado del ex – ministro de transportes (2011-2014) Carlos Paredes Rodríguez, gran amigo de la pareja Humala-Heredia, quien junto a su hermano José compró propiedades por más de 3 millones de dólares en este periodo. Carlos Paredes había sido gerente general por 21 años (1990-2011) de Alprosa, empresa del grupo Backus, uno de los grupos empresariales más antiguos e importantes del Perú. Carlos Paredes tuvo cargos directivos en la Sociedad Nacional de Industrias, siendo presidente de uno de sus comités. Parece que hasta los grandes grupos y gremios empresariales estaban embarrados por todos lados en la corrupción.