Es el momento de apoyar la respuesta nacional al Coronavirus. Estoy encerrado en mi casa avanzando investigaciones y preparándome para dar clases virtuales. Creo que también puedo cooperar con ideas sobre cómo enfrentar esta difícil y compleja crisis. Debemos ser capaces al mismo tiempo de respetar estrictamente la cuarentena y también de discutir con tolerancia son las mejores medidas a tomar en adelante.
URGENCIA DE MEJORAR EL SISTEMA DE SALUD
Los epidemiólogos explican que la cuarentena, y en general todas las medidas de distanciamiento social, no acaban con la epidemia pero evitan que haya muchos casos en muy poco tiempo. Eso es clave porque la amenaza del coronavirus, como se ha visto estas semanas con toda su crudeza en Italia, es que haya una gran cantidad de enfermos que necesitan hospitalización, cuidados intensivos y en muchos casos ventiladores y ayudas respiratorias. Cuando eso sucede, el sistema de salud no tiene la infraestructura, equipos y personal necesarios para atender a toda esa gente, muchos se quedan sin los cuidados necesarios, y fallecen. En Italia con un sistema de salud de primer nivel ya van más de 2,500 fallecidos.
Como resultado de muchos años de acogotamiento presupuestal por parte de políticas neoliberales, el Perú tiene un sistema de salud sumamente débil, que no asegura derechos básicos y cuya capacidad de respuesta a emergencias es baja. A la fecha de escribir este artículo solo había 3 casos en cuidados intensivos, pero se dispararán. La cantidad de diagnosticados con coronavirus seguirá creciendo, inevitablemente, porque esas personas ya tienen el virus, solo no tienen síntomas o estos no son de gravedad. Además los casos graves, que son lo preocupante, no se producen inmediatamente después del contagio o de los primeros síntomas sino luego de varios días, así que algunos enfermos con síntomas leves van a agravar su situación al transcurrir el tiempo.
Es por ello de primerísima prioridad mejorar el sistema de salud. Ha hecho bien el gobierno establecer, como ha hecho España y otros países, que las clínicas y servicios privados de salud deben ponerse a disposición de la salud pública. Ojalá que eso se haga efectivo y que las empresas y profesionales colaboren a toda su capacidad, como es su responsabilidad ciudadana y legal; como parte de ello las farmacias deben estar bien abastecidas de gel y otros materiales y venderlos a precio justo. Están bien las carpas e instalaciones temporales ampliando capacidad en algunos hospitales y los bonos al personal. Pero muy probablemente dentro de algunas semanas eso no será suficiente. Como dije la semana pasada, urge la contratación de más médicos y personal de salud, nacional o extranjero, residente en el Perú o que pueda traerse de Cuba. Urge comprar medicinas, equipos, insumos y materiales, y buscar la cooperación de China, Cuba u otros países al respecto. Para todo eso, el gobierno debe ser claro en poner a disposición del ministerio de salud bastante más que los 100 millones de soles de presupuesto adicional al sector y conformar un equipo gerencial con las mejores capacidades nacionales en salud pública. Es momento, en la salud en especial, de un gobierno de emergencia nacional.
LA CUARENTENA DEPENDE DE TODOS
Mientras tanto es clave evitar la concentración de casos y para eso la medida drástica de la cuarentena. Todos debemos hacer el máximo esfuerzo por colaborar y tenemos la obligación de respetar las normas, pero es evidente que quienes por quedarse en casa dejan de percibir cualquier ingreso, sobre todo si tienen nulos ahorros y obligaciones por pagar, se verán más tentados a incumplir la cuarentena. Esto lo debiera poder entender con facilidad el Ministerio de Economía y Finanzas: es un asunto de incentivos. Como ha escrito Greg Mankiw, un conocido economista de Harvard y ex –asesor de Bush, “Ayudar a las personas en sus dificultades económicas actuales puede mantener más gente en casa, reduciendo la difusión del virus. En otras palabras, hay razones de eficiencia tanto como de equidad para la seguridad social”. Una llegada amplia a los informales es necesaria no solo por razones de equidad y justicia, de solidaridad humana, sino también para asegurar que la cuarentena funcione.
Vizcarra parecía estar en eso cuando anunció ayuda a 9 millones de personas e insistía en que estaría del lado de la población. Pero luego la ministra de economía dijo que en un tuit que eran 3 millones y salió un decreto diciendo que solo será para los que estén considerados como pobres dentro de una base de datos de gobierno llamada SISFOH (por Sistema de Focalización de Hogares). Este listado es bastante imperfecto y además no considera que muchas familias que el mes pasado lograban juntar los 370 soles per cápita necesarios para no ser considerados pobres (esa es la paupérrima línea de pobreza de la estadística oficial), con la cuarentena ya no los reciben.
La cuestión esencial es que la ayuda económica debe llegar a todos los trabajadores y no solo a un grupo minoritario. Ya en Estados Unidos se preparan a mandar un par de cheques totalizando más de 2 mil dólares a cada ciudadano. La idea de programas sociales excluyentes fue precisamente la que Vizcarra quiso corregir cuando declaró la “universalización de la salud”, porque hasta noviembre pasado para tener el SIS – Seguro Integral de salud había que ser “pobre registrado en el SISFOH”. Si era una mala idea y un mecanismo problemático para el seguro de salud ¿por qué creen que funcionaría para una emergencia que golpea a todos, o casi todos, los peruanos?
Para los trabajadores formales, corresponde que nos sigan pagando nuestro sueldo, completo, con todos los derechos. Haremos el máximo esfuerzo por trabajar a distancia, pero en los casos en los que eso no sea posible, es una situación que escapa a nuestra voluntad y por eso debe estar cubierta por la seguridad social. Tampoco es aceptable que la cuarentena sirva de pretexto para despedir trabajadores. Siendo la mayoría informal, tanto independientes como asalariados de microempresas, el estado debe asegurar una ayuda económica para ellos. Hay dinero guardado del fisco, sobrado, para financiarlo. ¿Cómo hacerlo? Basta tener el listado general de DNIs, sacar de ahí a los asegurados en EsSalud (que son trabajadores formales) y transferir dinero a las cuentas bancarias o ponerlo a disponibilidad en las ventanillas de los bancos para que se pague a la presentación del DNI.
Hay otras áreas de ayuda necesarias. El pago de la luz y el agua es algo que puede subsidiarse sobre todo a las zonas más pobres (ya hay un reciente mapa de pobreza para identificarlas). En el caso del agua, esto es indispensable para lavarse las manos y frenar la trasmisión del virus, pero muchas familias no tienen conexión de agua potable. Por eso se debe subsidiar la entrega de agua por camiones aguateros, lo que puede ser fiscalizado por municipios y organizaciones populares con ayuda de la Policía y las Fuerzas Armadas. Para los que reciben Pensión65 y otras pensiones de jubilación, un pago extra de 200 soles los ayudaría a enfrentar una situación que sabemos en esa edad va a ser particularmente crítica.
LAS EMPRESAS EN LA CUARENTENA
Que la salud pública sea lo prioritario no quiere decir que la producción y la economía no deban interesarnos. No se puede obviar que la cuarentena es un fuerte golpe económico a muchas empresas que no tendrán ningún ingreso estas dos semanas, mientras que las deudas, los alquileres, los servicios que deben continuar, la planilla no cubierta por la seguridad social, igual tienen que pagarlas. Para los grandes conglomerados, monopolios y trasnacionales que tienen muchos activos y patrimonio, no hay problema. Pero ¿y las pequeñas y medianas empresas? Si quiebran eso significaría no solo un alto costo personal y familiar sino también económico y social, la organización y crecimiento empresarial no se logra de la noche a la mañana y tiene un alto valor.
Diversos países, Italia, Francia, China, Corea, ahora Estados Unidos, han tomado fuertes medidas de apoyo, en especial a las pequeñas empresas. Las medidas más comunes son: que el gobierno asume parte o todos los costos de la seguridad social e incluso parte del costo de la planilla, que se prorrogan o exoneran diversos impuestos, y que se habilitan créditos y fondos de financiamiento especiales y abundantes. El gobierno peruano ha iniciado algunas de esas acciones pero aún muy débiles. Son necesarias medidas mucho más fuertes en impuestos que no sólo deben prorrogarse sino exonerarse, y reduciendo las tasas de interés, algo en lo cual el Banco Central de Reserva debería actuar ya!. La Reserva Federal, el BCR estadounidense, ya rebajó 2 veces la tasa de interés, ahora es tan baja como cero, y ha facilitado 700,000´000,000 dólares de financiamiento, mientras acá el BCR todavía nada.
¿CÓMO SALIMOS DE LA CUARENTENA?
Aunque parezca pronto, hay que pensar y discutir qué hacer el 31 de marzo. Si cumplimos bien la cuarentena, es probable que la trasmisión de virus se vea frenada sustancialmente. Pero en ese momento, la gran pregunta será ¿si volvemos a actuar como antes no pueden surgir otra vez nuevos casos, que se van contagiando hasta que nuevamente la ola va creciendo hasta sumar miles? La respuesta de la epidemiología es que, efectivamente, eso sucedería. Sólo cuando una gran parte de la población haya desarrollado la inmunidad, tras haber sufrido la enfermedad o por haber sido vacunada (cuando esta posibilidad exista), el riesgo de contagio se hace mínimo.
Entonces ¿qué hacemos? Poco se ha dicho en el Perú al respecto y casi no hay experiencia internacional a la fecha; el mundo mira a China que enfrenta este reto ahora que la zona de Wuhan-Hubei ha salido de la emergencia. Una opción es un muy fuerte control fronterizo, con un seguimiento total de los casos y sus posibles contactos y asegurar que toda la población cumpla con mucha constancia todas las medidas de prevención (lavado de manos, cubrirse la boca con el antebrazo al toser, permanecer en casa a los primeros síntomas). Con suerte eso podría hacer que no pasemos de la fase 2, con un número bajo de casos importados y pocos casos nacionales de origen conocido. ¿Fronteras cerradas por más tiempo, que se van abriendo sólo a países que han controlado la epidemia y cuarentena a los pasajeros que llegan? ¿Medidas que ayudan al distanciamiento social, como el cierre de algunas actividades, en particular las más masivas?
En los mensajes económicos prevalecientes, incluyendo nuestra ministra, se ha asumido que esta epidemia es exclusivamente temporal. Las proyecciones de crecimiento económica que hay, parten de que más allá de un trimestre no habrá efectos. Creo que es muy temprano para aseverar eso y que, aun sin cuarentena, no es seguro que vayamos a regresar a la normalidad social y económica tan rápido. Por ejemplo, sospecho que el turismo no regresará tan pronto y que habrá más trabajo y educación a distancia. El futuro podría ser más distinto de lo que pensábamos.
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