El gobierno ha aprobado el programa Reactiva Perú de apoyo financiero masivo, y aunque aún falta el reglamento respectivo, ya sabemos que  las empresas podrán sacar hasta 1 mes de ventas o 3 meses de contribuciones a Essalud (es decir un 27% de la panilla mensual), es para bancos excluyendo a las cooperativas de ahorro y crédito, y el fisco garantizaría un porcentaje que va de 98% para créditos hasta 30 mil soles, 95% hasta 300 mil soles, 90% hasta 5 millones y 80% para créditos de 5 a 10 millones (el tope). Resaltemos que esta gran cantidad de dinero, 30,000 millones de soles, va a ir a muy bajas tasas de interés (ahora mismo el BCR da dinero a los bancos a 1,25% anual), y que los bancos luego lo prestarán con muy poco riesgo.

Un programa de apoyo financiero es necesario por el golpe feroz que la cuarentena y la crisis internacional ha dado al sistema económico peruano. Cabe preguntarse, sin embargo, las razones por las cuales si se destina 30,000 millones a este fin todavía no se dispone un sol para apoyar a las zonas rurales y a los agricultores y por qué se persiste en dar menos de la décima parte de ese monto para una ayuda “focalizada” a la gente en Lima y las ciudades, monto tan reducido que deja a muchos necesitados fuera y no colabora en mantener a la gente dentro de sus casas. ¿Por qué se destina tan poco para la gente más necesitada?

Hay algunas características de Reactiva Perú que deben ponerse bajo la lupa. La primera es que hay acá un gigantesco subsidio a los bancos. Dispondrán de 30 mil millones que pueden prestar sin riesgo a tasas mucho mayores que ese 1,25% que pagarán, en especial debido a que hasta donde se sabe no hay condiciones respecto a la tasa de interés que pueden cobrar. Si los dueños de esos bancos durante muchos años se han llevado enormes ganancias con una rentabilidad de más de 20% anual ¿por qué debemos regalarles tanto dinero? Seguramente hay que apoyar que haya dinero fluyendo a las empresas que lo necesitan, pero el grupo Credicorp – Banco de Crédito, escudado en las Bahamas para eludir impuestos, con ganancias millonarias los años pasados, protegido por exoneraciones tributarias sostenidas por los maletines de 3,65 millones de dólares entregados a Keiko Fujimori ¿no debería asumir al menos parte del riesgo y compartir las ganancias obtenidas con dinero público? ¿Carlos Rodríguez Pastor que tiene más de 7 mil millones de soles acumulados y es dueño del grupo Interbank debe seguir acumulando ganancias con plata del estado?

Por otro lado, anunciando este programa, el presidente Vizcarra ha resaltado que llegaría a cientos de miles de micro y pequeñas empresas. Pero resulta que la banca privada, del total que presta, apenas destina 1,4% a microempresas y 6% a pequeñas empresas, que sumadas no son ni la sexta parte de lo que presta a corporaciones y grandes empresas.[1]. El MEF aprobó poco antes un programa de préstamos a empresas micro, pequeñas y medianas, ojo incluyendo medianas, de 300 millones, una centésima parte de este programa de 30,000 millones, y es obvio que un 1% no cambiará el que la enorme mayoría de los fondos públicos de Reactiva Perú van a ir a las grandes empresas y no a los pequeños y microempresarios, que son la enorme mayoría y los que más necesitan ayuda en esta situación.

Es necesario un programa de apoyo financiero hoy en el Perú, pero ese programa:

  1. Debe priorizar efectivamente a las micro, pequeñas y medianas empresas, fijando montos específicamente para ellas, priorizando en el programa a cajas municipales y rurales que prestan muchos mayores porcentajes a este sector, e incluir a cooperativas de ahorro y crédito bien manejadas.
  2. Debe establecer condiciones para las grandes corporaciones que se beneficiarán de estos créditos baratos, estableciendo que no podrán despedir trabajadores, cumplirán estrictamente las regulaciones de salud pública y laborales y que ya no usarán paraísos fiscales para eludir impuestos. Las mismas condiciones se deben aplicar a otros mecanismos de apoyo como los anunciados de beneficios tributarios y pago del 35% de las planillas por parte del estado.
  3. Debe establecer mecanismos para que el dinero canalizado a los bancos no sirva para que estos cobren tasas elevadas y acumulen altas ganancias en un contexto de crisis. Estos créditos deben tener sus tasas de interés reguladas y permitir una mayor participación estatal en la gestión financiera para asegurar un uso orientado al bien público.
  4. Debe destinar arte de esos fondos a promover la constitución de una banca pública e desarrollo, que hoy se ha mostrado más necesaria que nunca, canalizando recursos hacia el Banco de la Nación y el Agrobanco.

[1] Fuente: cuadro 3, J. León: “Inclusión financiera de las micro, pequeñas y medianas empresas en el Perú Experiencia de la Banca de Desarrollo”, Cepal 2017. Puede consultarse en  https://www.cepal.org/sites/default/files/document/files/inclusion_financiera_de_las_micro_pequenas_y_medianas_empresas_en_el_peru_watermark_0.pdf)