Han salido el último Informe de Pobreza del INEI. El porcentaje de población pobre el 2024 fue de 27,6 por ciento, casi dos puntos por encima que el nivel al que logramos bajarla el 2021. La pobreza ha aumentado en casi 700 mil peruanos, y eso es mucha gasolina echada al fuego de la criminalidad.  Asunto clave: hay mucho más pobres mientras el PBI no ha caído y ese contraste se debe a que la desigualdad se ha disparado.

Si uno ve las cifras macroeconómicas del cogobierno Dina-Congreso, pareciera que el desastre del 2023 se ha recuperó el 2024. En efecto, la recesión que significó la caída del PBI en 0,6 por ciento el 2023 fue contrarrestada con un crecimiento del 3,3 por ciento 2024. Considerando el aumentando la población entre esos dos años el crecimiento en términos per cápita fue 0,6 por ciento, mínimo pero un poco encima de cero. Mientras tanto, este gobierno ha tenido la suerte de tener muy buenos precios internacionales de los metales, pero la política neoliberal redoblada ha impedido que ese enorme ingreso adicional llegue a las mayorías y ha permitido que se lo apropien las grandes empresas. Se quedó en las trasnacionales: sus utilidades ya eran enormes el 2023 cuando llegaron a casi 20 mil millones de dólares y han aumentado el 2024 hasta 23 mil millones de dólares. Los aumentos de precios de los metales, los perdones y exoneraciones tributarias y una política neoliberal redoblada les ha redoblado sus ganancias, dejando menos para los peruanos. Esos 23 mil millones de dólares que se apropiaron unas cuantas trasnacionales son más que el total de los ingresos que con mucho trabajo tuvieron que subsistir quince millones de peruanos: el diez por ciento más pobre debe sobrevivir con apenas 250 soles mensuales, según este informe de pobreza del Instituto Nacional de Estadística – INEI.

MUCHO MÁS DESIGUALDAD QUE ANTES DE LA PANDEMIA

El altísimo nivel de pobreza que tenemos se explica en dos momentos de nuestra historia reciente. El que tengamos 9 millones 400 mil personas en situación de pobreza es resultado de tres décadas de política neoliberal y del agravamiento de la desigualdad durante y después de la pandemia. En una mirada más histórica, no olvidemos que el 2019 la pobreza en el Perú era aun de 20 por ciento y en Lima venía subiendo desde el inicio del gobierno de PPK el 2016 y su favorecimiento a la inmigración venezolana. El neoliberalismo no resolvió la pobreza, ni en sus mejores años de crecimiento logrados gracias al boom de precios de los metales del 2004 al 2014, porque mantuvo una desigualdad muy grande.

El asunto es que esa situación de empobrecimiento y desigualdad, en vez de enfrentarse, se agravó durante la pandemia y después de ella. Comparando el 2024 con el 2019 resulta que la pobreza es 7,5 por ciento superior y hay 2 millones 900 mil más de peruanos pobres, aunque en este periodo logramos revertir la caída del PBI y el Ingreso Nacional Disponible producidos por la pandemia. El Ingreso nacional disponible por persona fue el 2024 superior en 9 por ciento al de 2019. Entonces, si en promedio por cada peruano se ha producido por más valor y hay más recursos reales ¿por qué la pobreza ha aumentado y mucho? Aritméticamente solo hay una explicación posible: la desigualdad contra los pobres y vulnerables se ha incrementado sustancialmente.

Otros datos refuerzan esta explicación. Entre 2020 y 2024 la productividad media por trabajador ha aumentado 3 por ciento, pero los salarios están aun 9 por ciento debajo del 2019 (cálculos de Fernando Cuadros L.). Esa diferencia del 12 por ciento entre productividad y salarios ha ido como ganancias adicionales para los grandes grupos monopólicos, que han aprovechado primero la crisis del Covid para recortar salarios, luego la inflación de 2022 para subir sus precios y más recientemente pagan menos impuestos gracias a los beneficios tributarios especiales que les ha regalado este Congreso fujimorista.

OTRA POLÍTICA POSIBLE Y NECESARIA

Es bueno una comparación con el 2021, cuando logramos frenar la pandemia y pudimos reactivar la economía. El 2021 se logró sacar a 1 millón 400 mil peruanos de la pobreza en virtud de un acelerado crecimiento del 13,3 por ciento del PBI, de mayor inversión privada llevándola al 20 por ciento del PBI – la cifra más alta de la última década -, de aumentar la inversión pública en 25 por ciento y de los bonos de ayuda social que se otorgaron masivamente. La pobreza se redujo ese año de 30,1 por ciento a 25,9 por ciento; tres años después el cogobierno Dina-Congreso aún nos tiene con más pobreza que el 2021. Comparado con ese año, el 2024 los programas y ayudas sociales del gobierno tuvieron una efectividad 3 por ciento menor, lo que significa que un millón 300 mil personas adicionales son pobres debido al debilitamiento de las políticas de salud, educación y protección social.

Como escribí hace un par de semanas, la política social de este gobierno es desastrosa, está totalmente podrida, sin rumbo ni fuerza. Eso sucede cuando en Lima Metropolitana hay más de un millón de personas que tienen menos de 320 soles al mes para vivir; de los escasos 415 soles que tenían el 2019 han perdido casi cien, una tragedia para ellos y para el país. La pobreza en Lima alcanza el 28 por ciento y es el doble que el 2019, empobrecimiento que ha sido similar en las ciudades de la costa. Obviamente, esa es una causa fundamental del aumento de la criminalidad, ya que la suma de hambre y desesperanza empujan a muchos jóvenes hacia comportamientos antisociales y delictivos. No hay salida a la crisis nacional sin enfrentar la tremenda pobreza y desigualdad que vivimos.