Hace 2 años, en enero 2016, saqué este artículo sobre los precios de las medicinas.  Mantiene su vigencia, por eso lo comparto nuevamente.

PRECIOS ABUSIVOS

Los precios de las medicinas en el Perú son excesivos, pero no es fácil darse cuenta que son mucho mayores que en países vecinos. Ese sigo testigo directo de algunos precios realmente abusivos en los últimos años.

El primero me pasó a mí cuando, hace unos años, con una infección a la garganta – algo que nos suele afectar a los profesores – tuve que tomar Azitromicina. Tenía fiebre. Llamé a una cadena que me cobró 4 soles por 3 pastillas. Lo extraño vino cuando, apenas tres días después, tuve que volver a comprar y, ya algo mejor de salud, me dirigí a la misma cadena y me dijeron que costaba ¡54 soles ¡ Insistí y me dijeron que no tenían el genérico, ese que me habían vendido en la misma cadena pocos días antes. ¿Cuántas veces le han dicho a usted, amigo lector, que no tienen genéricos en la farmacia?

He tenido otro caso reciente con la Levotiroxina, un remedio para los hipotiroideos que mi compañera de vida debe tomar todos los días, por siempre. Hace un par de años compraba genéricos, pero ya desparecieron del mercado. Ahora debe comprar una importación de la India a 20 soles (por 50 unidades) o la de la marca, del laboratorio Merck, a 48 soles. Pero eso no es lo grave. Lo indignante es que el año pasado un viaje a Bolivia, la misma marca de Merck se vende allá a 17 soles la caja de 50, ¡la tercera parte!. Nos trajimos 4 cajas como para medio año. Hace poco, En ecuador, encontramos la caja del medicamento indio, del mismo laboratorio que se vendé acá, a ¡12 soles. Igual nos trajimos otras 4 cajas (más no se puede porque se vencen las pastillas).

En otras palabras, en Bolivia o Ecuador se consiguen los mismos medicamentos a una tercera o cuarta parte del pecio del Perú. Lo cual va contra la lógica económica, ya que en un mercado más grande, como es el peruano, por economías de escala los precios deberían ser menores. La diferencia, está clarísima, son los gobiernos. En el Perú se ha favorecido a las trasnacionales  farmacéuticas, incluyendo claro está los gobiernos de Fujimori, García y PPK. Han permitido que los monopolios abusen de los consumidores, e incluso han aumentado su poder monopólico mediante el TLC y ahora el TPP, que al extender las patentes impiden la competencia y les permite subir más los precios. El Atazanavir cuesta en Perú 20 veces más que en Bolivia, perdiendo el estado más de 50 millones de soles por la gracia. Y acá, solo acá, una tinterillada  impide la competencia en un gran bloque de remedios contra el cáncer, llamados “bioequivalentes”.

Por cierto, uno de los hombres clave en la campaña de PPK, Rafael Fernández-Stoll, ha sido por décadas el  Director Ejecutivo de Alafarpe, la asociación de las transnacionales farmacéuticas en el Perú que hacen estos lobbies y tinterilladas. Nada sorprendente, dada la cercanía que ya conocemos de PPK a estos grupos abusivos. Tampoco les sorprenda que los precios abusivos de muchas medicinas sea un tema totalmente ausente de las propuestas pepecausas.

Hay, por cierto, varios otros mercados donde se abusa de los consumidores. Las tarifas eléctricas el último año han subido más de 20 por ciento, debido a una mala regulación heredada del fujimorismo que les permite subir las tarifas junto con el dólar, aunque eso no tenga verdadera razón de ser. Además, se paga a las generadoras aún cuando sus centrales no operen y no vendan electricidad, de tal manera que las trasnacionales tiene un seguro de desempleo que se niega a los trabajadores peruanos. En el caso de la gasolina, los precios internacionales del petróleo bajan pero acá entre las refinerías y las cadenas de grifos se quedan con toda la ganancia y no rebajan precios a los consumidores como debieran. Son unos abusivos y los gobiernos los han apoyado.

CONTROL DE PRECIOS

Frente a algunos de estos problemas, Cesar Acuña ha salido a decir “control de precios”. Al estilo cantinflesco de Guzmán, luego ha negado que dijo lo que dijo porque ahora resulta que lo que dijo no es lo que dijo sino que lo que vale es lo que dice ahora porque no dijo lo que dijo. Está clarísimo, porque como diría la `chimoltrufia`, “pa que te digo que no si sí”.

Acuña no ha planteado nada sobre los altos precios de los remedios; propuso sí control de precios para las pensiones escolares, pero no para las universitarias, ¿por qué será?. También propuso control de precios para los alimentos. Pésima idea. El mercado de alimentos está marcado por una fuerte competencia entre productores nacionales, y la papa de Huamachuco compite con la de Andahuaylas y la de Cañete n el mercado mayorista. ¿Quiere Acuña que los campesinos pobres del Perú reciban precios aún menores que los bajísimos que reciben hoy? ¿No tiene idea el “Ph.D con plagio” que en estos casos un control de precios llevaría a mercados negros, escaseces y mafias? ¿No se acuerda del primer gobierno de Alan García cuando para conseguirse un kilo de azúcar o de arroz había que hacer unas colazas o comprarle al tendero otros cinco productos?

REGULACION INTELIGENTE Y VALIENTE

Desde el Frente Amplio, con Verónika Mendoza hemos propuesto una regulación del mercado de medicinas para reducir su precio. Las experiencias internacionales muestran que con la promoción de la competencia, unaa buena regulación y la promoción de genéricos, se pueden bajar los precios en promedio entre 30% y 60%. En promedio, claro, porque cada medicamento es un caso distinto, en algunos casos se puede rebajar como hemos visto hasta la décima parte el precio, en otros casos ya hay competencia y se puede rebajar poco.

En nuestra propia patria desde hace algunos años se estableció un nuevo mecanismo para que el estado compre medicamentos conjuntamente para el Ministerio de Salud y Essalud, y con esta fórmula los precios se han rebajado en promedio más de 30%. Incluso grupos privados que trabajan con Essalud plantearon, durante mi gestión allí como gerente general, que querían unirse a ese esquema de compras. Lástima que solamente una menor parte de las compras estatales se realiza por este mecanismo y que además los hospitales y centros de salud suelan tener problemas de desabastecimiento. Un esquema reforzado de compras estatales competitivas con un abastecimiento asegurado hacia la red de atención pública de salud sería una política potente para rebajar el precio a los consumidores.

La otra política clave es promover la competencia y los genéricos en las farmacias y boticas privadas. Nuestra política será la de limitar todo lo que se pueda las patentes mediante los diversos mecanismos legales existentes: no otorgarlas cuando no hay verdadera invención (caso del Atazanavir), otorgar las licencias obligatorias que permiten la OMC y los TLC para casos de salud pública, no aceptar la ampliación de esos monopolios a nuevas medicinas como establece el TPP. Junto a ello, un fuerte programa para promover la competencia en las medicinas debe asegurar que el público conozca la información necesaria, que los genéricos tengan calidad garantizada y que se entre con fuerza a romper esos monopolios abusivos. Se puede lograr rebajas sustanciales de precios con una política inteligente y valiente, sin caer en propuestas absurdas y torpes como la de control de precios, pero sin caer tampoco en el inmovilismo y la aceptación de los abusos.

Esta misma idea se aplica a la electricidad y los combustibles, Son casos muy distintos, desde luego. Pero una política inteligente y valiente, que no anula el mercado como los controles de precios pero que sí se enfrenta a los monopolios y sus lobbies y los pone en su sitio, es el camino a seguir.