El nombramiento de Jose Arista como ministro de economía, junto al de Rómulo Mucho en el ministerio de minas, confirman la alianza del gobierno de Dina Boluarte con la ultra-derecha y el fujimorismo, revelada por el propio Alberto Fujimori recientemente. Arista es muy cercano al ex-ministro y vocero de campaña de Keiko Fujimori el 2021, Luis Carranza, y fue ministro en el breve régimen golpista de ultra-derecha de Manuel Merino en diciembre de 2020. Su amplia experiencia en gestión pública y esta cercanía con partidos que hoy tienen gran influencia en el congreso, le dan más fortaleza que la que tenía el anterior ministro Alex Contreras.
Tras un año de gobierno de Boluarte la economía está en recesión, el crecimiento del PBI fue de -0,6 el 2023, con sectores en crisis aguda como construcción -8% e industria -7%, sectores claves en la generación de empleo formal urbano. La caída de los salarios reales y la demanda interna explican este resultado, por lo que se requiere una política fiscal expansiva y medidas para mejorar la capacidad negociadora de los trabajadores, hay nula debido a la expansión de la informalidad y la legislación anti-laboral heredada del fujimorismo. En el sector financiera, la reducción de tasas de interés del banco central ha sido muy lenta por lo que aún no se traslada a la mayoría de las empresas y consumidores.
El 2023 la presión tributaria cayó fuertemente de ,17,2 a 15,1% del PBI, causando que el déficit fiscal fuera de 2,8% del PBI por encima de la meta de 2,4% del PBI. La meta de déficit establecida por ley para el 2024 es de 2,0% del PBI y se han aprobado varias leyes con exoneraciones tributarias, se requieren medidas para recuperar la recaudación y la inversión pública. Arista ha anunciado buscaría un nuevo pacto fiscal con el congreso pero anunciando medidas de austeridad (como comprar menos vehículos) que son poco efectivas en términos de contener el gasto corriente y tienen un tono más bien populista.
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