EL BCR ANTI-EMPLEO DE CHLIMPER, REY Y VELARDE
Los peruanos tenemos en nuestros bolsillos 45 mil millones de soles con la firma del presidente del Banco Central de Reserva. El BCR regula la moneda nacional y el crédito y lo que hace o deja de hacer tiene un impacto enorme en la economía peruana. Puede subir o bajar la tasa de interés, comprar o vender cientos de millones de dólares y poner en circulación miles de millones de soles. ¿Quiénes son y qué hacen los que deciden todo esto?
El tipo de cambio, es decir el precio del dólar, es una de las cosas que más nos importa a los peruanos. Si sube el dólar, como ha venido haciendo las últimas semanas levemente, los carros importados suben de precio, los televisores y electrodomésticos suben de precio, la mayoría de medicinas que son importadas suben de precio, porque en el exterior pueden costar lo mismo en dólares pero si el dólar sube cuestan más soles. Lo mismo pasa con las deudas que muchas personas tienen en dólares, ya sea por la compra de una casa, de un carro o en su negocio: pueden deber lo mismo y pagar la misma cuota mensual en dólares, pero se necesitarán más soles para comprarlos. El precio del dólar, centavos más centavos menos, es sabido por mucha gente. Lo que no se conoce tanto es que ese tipo de cambio, aunque depende en parte de factores internacionales, está manejado por el BCR, quien compra o vende dólares según le parezca conveniente para ajustar el precio.
Las principales herramientas del Banco Central de Reserva (BCR) son, sin embargo, el control de la cantidad de dinero en circulación y la regulación del crédito mediante los encajes. ¿Cuán importante es eso? Hoy en el Perú hay 87 mil millones de soles en moneda nacional y 249 mil millones de créditos. 73 mil millones de soles que pertenecen a quienes somos afiliados a una AFP están invertidos en el exterior, pudiendo estar en el Perú, gracias a que el BCR les ha otorgado esa posibilidad a las administradoras financieras que manejan nuestro dinero. La cantidad en juego es enorme. Si sumamos esas tres cifras llegamos a más de 400 mil millones de soles, suma superior al presupuesto nacional de dos años y medio, es decir, es más que todo lo que se gasta en educación, salud, seguridad y en todos los gobiernos regionales, municipalidades y oficinas públicas del país en salarios, pensiones, equipos, inversiones, insumos, pasajes y todo lo que se les pueda ocurrir, durante treinta meses.
Todo esto lo maneja el BCR, por eso cada billetito que usted guarda en su billetera o cartera tiene la firma del presidente, de otro director y del gerente general del Banco Central de Reserva. Salvo los muy muy viejos, todos esos billetes llevan la firma del actual presidente del directorio, ya que el BCR puso en circulación 3 mil millones de soles adicionales en billetes y monedas el año pasado (2017) y 30 mil millones en la última década.
El efecto macroeconómico del BCR es grande. Cuando hay más soles en la economía, las tasas de interés se reducen porque hay más dinero buscando donde ganar rentabilidad. Poniendo más o menos dinero en la economía el banco central puede subir o bajar las tasas de interés. Tanto es así que durante décadas en todo el mundo los bancos centrales han manejado sus políticas monetarias apuntando a precisamente regular la tasa de interés.
Esta política del BCR, de regular el crédito y las tasas de interés a nivel macroeconómico, es esencial para poder una economía. El cuerpo humano necesita de la sangre para trasladar energía y lo hace mediante el sistema circulatorio. En las economías contemporáneas el dinero quien cumple esa función y lo hace mediante el sistema financiero, siendo el BCR quien hace las veces de médula ósea (que produce la sangre) y del corazón (que la bombea a su ritmo). Si falla la producción de sangre o el bombeo del corazón, estamos en graves problemas; lo mismo pasa con cualquier economía hoy en día.
Tras la crisis financiera internacional del 2008-2009 Estados Unidos, Europa y Japón bajaron la tasa de interés hasta cero y siguieron simplemente empujando más cantidad de dinero a sus economías. ¿Cuánto? Una enorme, gigantesca, pila de dinero. Cada uno de los bancos centrales de esas tres economías ha metido el equivalente a alrededor de 3 trillones (un 3 seguido de 12 ceros) de dólares (en sus monedas respectivas, claro está). De esa manera evitaron que se desatara una crisis mucho más aguda y grave, manteniendo a flote el consumo y la inversión.
EL EMPLEO Y LA POLÍTICA DEL BCR
El Perú de hoy no está en una crisis tan aguda como aquella, pero sí está seriamente debilitada. Las condiciones de empleo se han deteriorado y los ingresos familiares se encuentran estancados o disminuyendo. El crecimiento económico apenas llega al 2 por ciento pero la industria y la construcción producen hoy menos que cinco años atrás, siendo sectores claves para el empleo y las economías urbanas. Pero el BCR no quiere ayudar en nada y más bien mantiene altas de interés y un bajo crecimiento del crédito, lo que afecta particularmente a las pequeñas empresas y agricultores que, si tienen la suerte de conseguir el financiamiento que necesitan para ampliarse o modernizarse, deben pagar tasas elevadísimas.
Lo que debiera hacer el BCR es facilitar el crédito bajando la tasa de interés. Lo ha hecho antes, precisamente el 2009, cuando bajó su tasa de interés 5 puntos porcentuales. Se puede hacer. Pero ahora no lo quiere hacer. El empleo y el crecimiento económico les importan un comino, aunque eso signifique sacrificar las posibilidades de progreso de los peruanos trabajadores.
Vale la pena recordar quienes dirigen el BCR de hoy. El BCR es dirigido por un directorio de 7 miembros. Uno de ellos es José Chlimper, elegido para el cargo por la mayoría fujimorista del Kongreso con apoyo entusiasta y declarado de PPK. Chlimper es secretario general de Fuerza Popular, el partido de Keiko. El Poder Judicial ha dispuesto que sea investigado por delito contra la fe pública, habiendo evidencias de que Chlimper alteró audios y divulgó en televisión los audios trafeados con el fin de proteger al anterior secretario general de Fuerza popular, Joaquín Ramírez, investigado por los americanos de la DEA por narcotráfico. Chlimper antes había sido ministro de agricultura de un fraudulentamente re-re-reelecto Alberto Fujimori, sacando en ese periodo una ley exonerando de impuestos a la agroexportación, rubro en la cual tiene grandes negocios, lo que le ha permitido dejar de pagar al estado unos 70 millones de soles. Esas exoneraciones hoy se mantienen en pie gracias al Kongreso de Keiko. Y resulta ¡oh casualidad¡ que aunque la política de agroexportación no es en absoluto responsabilidad del BCR, en el informe oficial del BCR de junio pasado esta institución monetaria salió a defender el régimen especial que exonera a los agroexportadores del pago de impuestos y les permite no depositar CTS ni pagar gratificaciones a sus trabajadores en julio ni diciembre. Según parece Chlimper “se olvidó” que la ley orgánica del BCR dice que sus directores “no representan a entidad ni interés particular alguno y deben tener en cuenta únicamente el cumplimiento de la finalidad y las funciones del banco”.
Otro director del BCR elegido por la mayoría fujimorista del Kongreso con apoyo de PPK es Rafael Rey, cuyo conocimiento de economía y política monetaria es nulo pero ha sido fiel fujimorista por muchos años. Del 2006 al 2016, durante diez años, fue Parlamentario Andino con todas las gollerías y el alto sueldo de congresista, elegido en las listas del fujimorismo, pero ¿alguien recuerda que haya hecho algo, aunque sea una sola cosita, en ese cargo? Hoy, sostenido por el dinero de los peruanos que gana en el BCR sin saber nada del tema, se dedica a insultar y amenazar por medios de comunicación y redes. Sus últimas en tuiter han sido llamar a Vizcarra golpista y “el rey babas” y acusar a los miembros del tribunal constitucional de cambiar oportunistamente sus votos (porque decidieron contra la ley Mulder). Hay que recordar que la ley orgánica del BCR dice que los Directores “deben tener reconocida solvencia moral y poseer amplia competencia y experiencia en economía y finanzas”, requisitos que notoriamente Rafael Rey no cumple.
Junto a ellos está feliz el presidente del BCR Julio Velarde, fiel defensor de los intereses de los bancos y cumplidor del credo neoliberal durante 15 años, nombrado por Alan García, “cosito” Humala y PPK, siempre con el respaldo de los votos fujimoristas. Ellos son los que manejan 60 mil millones de reservas internacionales, dejan las tasas de interés altas en beneficio del oligopolio bancario y apoyan que las AFPs se lleven 70 mil millones al exterior en vez de ponerlos para que se reactive la inversión y la industria peruanas. Gracias Keiko, gracias PPK.
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