Ese es el costo de un proyecto aprobado por el fujimorismo para mantener exoneraciones del IGV a bienes importados en la selva el próximo año: 68 millones de soles. Ucayali, región del vocero fujimorista Carlos Tubino, perderá 38 millones en menos obras de agua potable, caminos rurales y colegios. Esta exoneración, de lo más absurda, vencía este fin de año. La comisión de economía del congreso, exclusivamente con votos fujimoristas y de nadie más, ha aprobado su prórroga hasta el 2019.

La exoneración es absurda porque con esta ley, resulta que al comprar un polo en Lima, unas galletas en Arequipa o un chocolate del Cusco para llevarlas a la selva sí se paga IGV, pero si cualquiera de esos productos es importado, no paga IGV. Es decir, lo extranjero es preferido sobre lo nacional y hay 19 por ciento de diferencia.

Se necesita, a gritos, más inversión pública, en la selva. El fujimorismo lo frena.