El resultado del referéndum del domingo ha sido una respuesta ciudadana contundente, defendiendo la lucha anti-corrupción frente al claro sabotaje de la mayoría fujiaprista en el Congreso. Les ganamos por goleada.
No debemos olvidar por otro lado un serio problema en las economías populares producto de la falta de empleos adecuados. Hoy en el Perú hay la misma cantidad de puestos de trabajo que hace tres años, lapso en el que han entrado 600 mil venezolanos y otros 900 mil jóvenes peruanos quieren chamba. A pesar de la propaganda del MEF de Oliva, apenas 16% de peruanos creen que su economía ha mejorado con Vizcarra y 59% cree que la situación económica no mejorará el próximo año.
La causa de estos problemas es una política neoliberal que mantiene la inversión pública reducida, las tasas de interés altas, el agro sin crédito y la industria agonizando frente a importaciones chinas que ya ni los Estados Unidos soportan. Otro problema crucial es el bajísimo presupuesto público en educación, salud, ambiente y seguridad ciudadana mientras siguen permitiéndose 16 mil millones anuales de exoneraciones tributarias y “devolviéndose” 6 mil millones de soles anuales a la gran minería. Añadamos a esto la persistencia en Alianzas Público-Privadas oscuras que añaden adenda tras adenda sin control.
Es necesario un giro en la política económica. Hay que dar prioridad a la creación de empleos dignos. Para ello debe aumentarse la inversión pública en 10 mil millones de soles anuales y reducirse la tasa de interés (responsabilidad del BCR) para incentivar la inversión privada. Hay que apoyar el agro con crédito, generar oportunidades descentralizadas con un Internet para todos los pueblos poniendo en operación la red Dorsal de Fibra óptica, poner en marcha el gasoducto del Sur, defender el mercado interno de importaciones subvaluadas y facilitar financiamiento a innovaciones productivas.
En la lucha contra la corrupción no debemos olvidar quienes pagaban las coimas. Este “capitalismo de amigotes” corruptos no puede seguir. Se necesita acabar con los lobbies, controlar los monopolios de manera efectiva y enfrentar a las mafias desde el poder judicial y la fiscalía. Debemos eliminar los privilegios de las APPs, poniendo por delante un plan nacional de infraestructura y fortaleciendo los controles contra la corrupción.
La salud pública y la educación siguen sumamente débiles, dejando a muchísima gente sin servicios o con unos de bajísima calidad. Problema clave es que tienen un bajísimo presupuesto mientras el estado exonera de impuestos por 16 mil millones anuales. Hay que enfrentar con firmeza la elusión y eliminar los privilegios que tienen las grandes empresas, los casinos y los más ricos en materia tributaria, para con esos recursos aumentar sustantivamente el presupuesto para educación, salud, niñez y lucha contra la violencia hacia la mujer.
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