En las entrevistas e intervenciones de Keiko Fujimori los últimos días, en tres sectores ella ha salido a defender los intereses económicos de las grandes empresas en contra de la salud pública, de los trabajadores y del interés nacional.
El primero ha sido el ataque de Keiko en contra de que haya claras advertencias publicitarias en la comida alta en grasas, azúcares y sales (comida chatarra) en la forma de octógonos. Esta acción lobbista de Keiko la reveló el presidente Vizcarra y ella posteriormente lo reconoció usando esas frases de media verdad que acostumbra. Quedó muy claro, sin embargo, que la feroz resistencia que los congresistas fujimoristas hicieron a estas advertencias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y por todos los gremios y colegios profesionales de la salud, se hacía por orden de Keiko. Ella misma exigió a Vizcarra que se frenara la reglamentación de la ley de alimentación saludable que dispone estos avisos, a pesar de que estos informan a los consumidores y les permiten actuar con más conciencia para enfrentar la obesidad que causa enfermedades graves como la diabetes, cáncer y males cardiovasculares. ¿Por qué Keiko defiende a la industria chatarra? Resulta que hay grandes monopolios productores de comida chatarra que se verían afectados por las advertencias, como son Gloria y Alicorp, propiedad de los señores Rodríguez Banda y Romero respectivamente, ambos aportantes a la bolsa de 2 millones que juntó la Confiep a favor de la candidatura de Keiko de la que tuvimos conocimiento por la confesión de Jorge Barata de Odebrecht (que también se portó en esa “chancha”).
El segundo ha sido la defensa de Keiko de la prórroga de la ley de privilegio a los agroexportadores. El proyecto de ley en cuestión, aprobado por los fujimoristas en la comisión agraria del congreso, prorroga por 10 años más (hasta el 2031) el negar a los trabajadores agrarios las gratificaciones y la CTS y otorga a los empresarios la posibilidad (ya absoluta y sin ningún tipo de límites ni lógica) de contratar a plazo fijo incluso para trabajos permanentes, lo que les permite despedir sin ninguna cortapisa y así impedir la sindicalización. Es decir, este proyecto fujimorista recorta aún más derechos laborales a los trabajadores de la agroexportación, a pesar de que eso incluso ha sido observado por los Estados Unidos y Europa por contravenir los tratados de libre comercio firmados con ellos.
Además, este proyecto de ley apoyado por Keiko prorroga por diez años más la reducción de los aportes de esas empresas a EsSalud, que en vez de 9% del salario sería de solo 6%. De esta manera resulta que todos los asegurados seguiremos subsidiando a las grandes empresas agroxeportadoras en 2 mil millones de soles mientras un EsSalud desfinanciado no tiene para comprar medicinas ni equipos ni hacer las inversiones requeridas. ¿Por qué Keiko defiende a los grandes empresarios de la agroxportación? José Chlimper, el secretario general de su partido, es dueño de una de las principales empresas del rubro. Otro gran beneficiado es el grupo Oviedo, para el que trabaja Antonio Becerril, candidato de Keiko (por segunda vez) al gobierno regional de Lambayeque y hermano del congresista Héctor Becerril que comprobadamente era quien arreglaba los juicios de Oviedo y Keiko con el juez supremo César Hinostroza.
La tercera que ha hecho Keiko estos días ha sido en favor de las grandes trasnacionales petroleras y gasíferas. Según el proyecto de ley que elaboró PPK y que Keiko defiende a rajatabla, las concesiones a las grandes trasnacionales petroleras y gasíferas pasarán de 30 a 50 años, es decir, veinte años más, y tendrán regalías rebajadas hasta 5% cuando hoy pagan en promedio más de 20%. La ley PPK-Keiko beneficiaría inclusive a quienes ya tienen contratos firmados que están por vencer sin que haya licitación nueva, de tal manera que no tiene sentido decir que en ese caso se buscaría atraer inversiones: es puro lobby y más ganancias para las trasnacionales. Peor aún, la ley PPK – Keiko debilita los ya ínfimos controles ambientales existentes en el rubro, que como sabemos han permitido que sigan impunes cantidad de derrames en la amazonía, con grave afectación de la biodiversidad y los pueblos indígenas.
Mientras defendía a la Confiep, Keiko dejó en total olvido a las pequeñas y microempresas a las cuales supuestamente se orientaba esta derecha supuestamente popular y “mototaxista”. Aunque más atención ha merecido la evidente intención de Keiko de traerse abajo a Vizcarra y sostener a Chávarry para que la libre de la cárcel, estos son temas que no hay que pasar por alto.
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