Ya Empezaron

El mensaje del presidente Vizcarra emplazando a la mayoría fujimorista del Congreso parece marcar un esfuerzo serio de lucha contra la corrupción. Frente a eso, parlamentarios fujimoristas como Lourdes Alcorta (elegida en el periodo anterior con PPK y antes con el PPC) han salido a decir que esta inestabilidad “le saldrá muy cara al Perú”. La misma posición tienen opinólogos defensores del neoliberalismo y la minería contaminadora como Jaime de Althaus.

Ya conocemos el rollo. La inestabilidad es muy mala. Se ahuyentan las inversiones. Vizcarra debe dialogar con Keiko para un gran acuerdo.

No es casualidad que en días pasados, en las varias entrevistas que dio Keiko Fujimori, pidió explícitamente que Vizcarra apoye el proyecto de ley de hidrocarburos (petróleo y gas) presentado por PPK y respaldado por su bankada, que rebaja regalías e impuestos a las trasnacionales petroleras, les alarga las concesiones por veinte años a dedo sin pasar por licitación y relaja aun más las normas ambientales y de defensa de los derechos de pueblos indígenas a la consulta previa. Hay amor a los chicharrones, y vaya que son sustanciosos estos chicharrones, ya que la explotación de gas y petróleo en el Perú suma miles de millones de dólares anuales. Eso es lo que quieren que Keiko acuerde con Vizcarra, eso es lo que no quieren que deje de aprobarse en el Congreso fujimorista.

Dentro de poco saldrán a resaltar los problemas del empleo y la caída de ingresos de los trabajadores, callando Alcorta, Althaus y sus amigos confiepistas que todos estos meses ellos han chillado insistentemente porque se elimine los escasos derechos laborales subsistentes. Dirán sin duda estos derechistas que el crecimiento económico se ha detenido por culpa de la gran inestabilidad política. Es mentira; como saben quienes siguen esta columna el empleo y los ingresos están en caída desde hace bastantes meses, desde el gobierno de PPK, y la causa es una mala política económica. Se ha continuado con una estrategia neoliberal, recortando la inversión pública y dando carta libre a las grandes empresas a pesar de que a varias de las principales se les ha encontrado con “las manos en la masa”, como socias de Odebrecht, conformando un club de la construcción” y saliendo a luz que han aportado a la “chanchita” pro-Keiko de 2 millones de dólares, lo que hoy sabemos por las declaraciones de Jorge Barata de Odebrecht. La falta de consideración con los jóvenes y desempleados peruanos al permitir que se les despida y reemplace por una tremenda ola de inmigrantes agrava una situación ya crítica.

Lo que causa los problemas económicos de las familias peruanas no es una supuesta “inestabilidad política”, que en cualquier caso es causada por la tozudez y defensa desesperada de la corrupción por parte de Keiko y su banda. La causa de los problemas de los trabajadores es una política económica neoliberal que apostó a una recuperación basada en que el cobre y los metales mantendrían un precio alto, lo que ya fue, ya es cosa del pasado, ya no es la situación. Enfrentar la corrupción es un primer paso para cambiar esta situación, pero que debe ser el inicio de un cambio mucho más profundo y que debe plasmarse en una nueva Constitución.

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