El seguro social de salud, EsSalud otorga una muy mala atención. Es evidente que una de las razones de esa situación es la falta de presupuesto: como dice uno de los grandes lemas de la economía “no hay lonche gratis”. Esta frase, popularizada por Milton Friedman, nos indica que si se quiere un buen servicio de salud, pues simplemente eso tiene un costo. En una frase más de estas latitudes, “al que quiere celeste, que le cueste”, y nosotros queremos un servicio de salud mínimamente decente.
Más allá de esta verdad básica y general hay también conocimiento especializado y específico sobre las finanzas de EsSalud. En dos oportunidades se han realizado estudios actuariales de nuestro seguro social de salud, que son investigaciones que analizan en detalle cuánto cuesta otorgar la atención de salud que la ley establece y comparan ese costo con los fondos recibe la institución. Esos estudios han sido hechos por parte de expertos internacionales contratados por organismos multilaterales. En ambas oportunidades, se ha encontrado que EsSalud debiera aumentar sus ingresos en más de 10 por ciento para que pueda dar el seguro de salud integral que la ley establece.
Pero al ministro de economía se opone a que EsSalud tenga más ingresos. En reciente entrevista, ha dicho que “En el caso de EsSalud tenemos muchos temas de gestión que deberían ser resueltos. Subir tasas debería ser el último recurso, una vez que ya hiciste todo el trabajo interno. Una vez que agotemos esta reforma de gestión, podríamos comenzar a discutir un aumento de tasas. Pero no es conveniente hablar de eso si las ineficiencias siguen por ahí”. Desde luego que EsSalud tiene mucho por mejorar, algo frenado por las políticas del MEF de mantenerlo atado a FONAFE. Aún así Essalud necesita más presupuesto para medicinas, personal, políclinicos y hospitales. Es más, muchas reformas para mejorar EsSalud requieren fondos. Todas las reformas de salud de las últimas décadas en Latinoamérica han requerido un buen puntal presupuestal. Todas.
Hoy los agroexportadores solo pagan el 4 por ciento en vez del 9 por ciento de los salarios a EsSalud, lo que significa 300 millones de soles menos. Ese rico “lonche” no es gratis: lo pagamos todos los asegurados mediante medicinas inexistentes, citas demoradas y operaciones postergadas. Es un subsidio que otorgamos, oculta y escondidamente pero de manera no menos real, los trabajadores peruanos a los grandes agroexportadores. Lo pagan quienes perciben mil soles mensuales a quienes ganan decenas de millones.
Oliva defiende a agroexportadores como José Chlimper, el agroexportador y ex – secretario general de Fuerza popular que llevaba 210 mil dólares en billetes por las calles de Lima para pagarle a RPP. No le importa negarle derechos de salud a los trabajadores. Pésimo.
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