La semana que pasó el congresista fujimorista Daniel Salaverry salió en tuiter a defender su proyecto de ley en beneficio de los monopolios de la comida chatarra, y esta semana lo ha hecho autoritariamente en la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso.
El Perú tiene un serio problema de sobrepeso y la obesidad ya que 58% de mujeres que tienen entre 15 y 49 años sufren esa condición. Ese porcentaje ha aumentado en 30 puntos porcentuales en los últimos veinticinco años, sobre todo entre los pobres. Este es un serio problema de salud pública ya que, como resume el Ministerio de Salud, “se ha documentado en obesos un incremento del riesgo de padecer cáncer de esófago, cérvix, mama, colon, recto, riñón, páncreas, tiroides y vesícula biliar. El porcentaje de cánceres atribuidos a la obesidad varía de acuerdo al tipo de cáncer llegando hasta el 40% en el caso de los cánceres de endometrio y esófago”.Más directamente “el consumo excesivo de sal se asocia a cáncer de estómago; asimismo, el consumo excesivo de azúcares, grasas animales y carnes rojas se asocia a cáncer de colon”.
Para empezar a enfrentar este problema en mayo del 2013 se promulgó la Ley 30021 de Alimentación Saludable, pero recién se reglamentó 4 años después. El reglamento promulgado por este gobierno es bastante favorable a los grandes monopolios alimenticios, ya que permite que se etiqueten como altos en azúcares, sal y grasas únicamente productos que tienen esas sustancias en proporciones muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Este etiquetado será obligatorio desde los seis meses de promulgado el manual de Advertencias Publicitarias, dando 40 meses para poner topes algo más exigentes (pero aún encima de las recomendaciones internacionales).
La cuestión es que este Manual de Advertencias Publicitarias aún no se ha promulgado; solo se ha pre-publicado para recoger opiniones por 3 meses, los que vencen la próxima semana. La propuesta del Ministerio de Salud es un etiquetado octogonal con la clara advertencia de que se trata de producto altos en azúcar, sal o grasas, como recomienda la OMS.
Justo en este momento, la bancada fujimorista encabezada por Daniel Salaverry quiere traerse abajo esta propuesta y reemplazarla por una opción mucho más favorable a los monopolios industriales, el llamado “semáforo” que es absolutamente confuso para los consumidores. De hecho, se trata precisamente de la propuesta que ahora preconiza la gran industria de alimentos procesados, que quieren seguir manipulando a la gente tras décadas de negar información indispensable a los consumidores.
Así, el fujimorismo promueve que haya más consumo de “comida chatarra”, para beneficio de unos pocos grandes industriales, en especial de las bebidas gaseosas, galletas, caramelos y golosinas, aunque eso genere más ataques al corazón, diabetes y cáncer. Todo indica que no es por amor al chancho sino a los chicharrones.
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