Las ganancias de las trasnacionales en Perú están en niveles récord. Si una década atrás en el 2015 fueron ya 6 mil millones de dólares para el 2024 empinaron hasta 17 mil millones de dólares. Eso es bastante más de lo que obtienen para vivir más de 10 millones de los peruanos más pobres, con trabajadores matándose el lomo de sol a sol. Según las cifras oficiales registradas por el BCR en su reporte oficial de la balanza de pagos, las trasnacionales aumentaron sus ganancias en 177 por ciento entre 2015 y 2024. En términos de rentabilidad, si antes se llevaban el 7% de su capital, ahora se llevan el 12% anual (en el papel, en la realidad seguramente es mucho más por una serie de trucos). En ese mismo periodo, la pobreza en el Perú aumentó de 22 por ciento a 28 por ciento. Las grandes empresas extranjeras se enriquecen masivamente mientras los peruanos están mucho peor.

¿Cómo es que hoy ganan tanto más las empresas extranjeras en Perú? Primero, porque los precios internacionales del oro y cobre han aumentado enormemente y la coalición gobernante ha impedido cualquier reajuste en los impuestos para que esa riqueza adicional se reparta con más justicia. Segundo, porque gozan de posiciones monopólicas en sectores clave como las cervezas, la banca, las AFPs y las concesiones de APP en carreteras, puertos y aeropuertos. También se aprovechan en condiciones de monopolio de nuestro patrimonio arqueológico de Machu Picchu, con el hotel que goza de una ubicación única y la única línea de trenes que permiten llegar ahí, en ambos de los cuales López-Aliaga es asociado a trasnacionales del rubro (la empresa Belmond). Aunque sus plazos de concesión ya vencieron, han conseguido tramposamente mantener su monopolio. 

Podemos descartar que este fuerte aumento de las ganancias de las trasnacionales se deba a que han invertido mucho, porque no es así. En ese periodo, según el BCR, que todo el capital extranjero existente en el Perú como porcentaje del PBI es apenas 2,5 puntos más que una década atrás. En otras palabras, las ganancias de las trasnacionales han subido como cohete mientras que el capital que han invertido ha subido por la escalera.

Dado que el precio del cobre ha subido a 4.14 dólares la libra promedio el 2014, mientras el 2015 estaba en 2.50 y las mineras hacían buen negocio entonces y a ninguna se la pasó por la cabeza cerrar operaciones por falta de rentabilidad (como si pasó con Tintaya el 2001). El cobre ha subido de precio en 65 por ciento y está a niveles altísimos, nunca antes vistos. Pero los impuestos y regalías no se han reajustado, a pesar de que con esto tienen ganancias mucho mayores sin haber invertido o elevado su productividad, solo por la buena suerte del mercado internacional. Más grave es lo que pasa con el oro, que ahora supera los 3,300 dólares el 2024 una década atrás estaba a la tercera parte, y a ese precio cercano a los mil dólares la libra las empresas auríferas estaban felices enriqueciéndose.  Con su actitud mezquina de gastar fuerte en lobbies para quedarse con todas esas ganancias extraordinarias, han sostenido a este gobierno a través del fujimorismo y ahora ven como la inseguridad ciudadana y la minería ilegal van ganando terreno.

Al aumento de las ganancias de las trasnacionales a 17 mil millones se suma que por intereses de préstamos se llevan 2 mil 800 millones de dólares anuales.  No estamos hablando de dinero prestado al estado, sino a las empresas privadas, mucho a las mismas trasnacionales. Por ejemplo, los préstamos que una empresa del estado chino ha dado a otra empresa del mismo estado chino en el Perú. Para la SUNAT esto era en realidad una movida para que parte de las ganancias de sus trasnacionales se disfrazaran de pago de intereses y así reducir los impuestos que deben cancelar a la SUNAT. El gobierno de Dina dio un fallo favoreciendo en varios cientos de millones a los chinos.

Las trasnacionales han hecho otras trafas han hecho. Telefónica durante años ha transferido de la filial del Perú a la matriz española más de 1,150 millones de soles por concepto de “marca” y “transferencia de capacidad de gestión” en una década (informado por Ojo Público). Gracias a eso evitaba pagar impuestos, llegando al extremo de declararse en quiebra y ahora hacer perromuerto al estado peruano por varios miles de millones de impuestos evadidos durante el gobierno de Fujimori. El término legal que no es “quiebra” sino “proceso concursal”, pero es lo mismo: no va a pagar a sus acreedores lo que les debe, incluyendo al estado peruano. Una vulgar estafa. Porque mil millones de soles por el uso de la marca, ¿quién en Perú puede creer que el usar un nombre igual al de su empresa en España le significaba alguna ventaja, cuando su aprovechamiento del monopolio y su mal servicio lo que le habían granjeado era una enorme antipatía del público? Decir además que pagaban a España por “transferencia de capacidad de gestión” es un pésimo chiste cuando al final se declaró en quiebra. Para completar la trafa, Telefónica separó varias partes de la empresa y se las transfirió a la sede principal de España, procurando así que los activos y ganancias de esos sectores del negocio no los vaya a embargar la Sunat cuando reclame. Ladrones, eso es lo que son, mismo Francisco Pizarro.

De una u otra manera, en el fondo las trasnacionales en Perú obtienen ganancias extraordinarias y se llevan la parte del león mientras el pueblo se empobrece por una sola razón: un co-gobierno Dina-Congreso totalmente que permite que trapeen con el interés nacional, corrupto y entreguista.