Carlos Boloña tuvo un rol central en la entrega de 15 millones de dólares a Vladimiro Montesinos con los que Fujimori quiso comprar su silencio en setiembre del 2000. Luego se sabría que Boloña complotó con Montesinos y generales del ejército para dar un golpe de estado en el que él sería nombrado presidente. Pero a algunos defensores de Boloña esto les parece apenas un detalle del que no hay que hablar.
Regresemos entonces al Boloña de 1992. En ese año Fujimori dio el auto-golpe y Boloña apoyó, defendió, hizo campaña ante los Estados Unidos, el FMI y el Banco Mundial. Buen alumno de los “Chicago Boys” pinochetistas, Carlos Boloña no le hacía ningún asco a las dictaduras.
Tampoco es que su paso por la economía haya sido limpio. Boloña promulgó la ley de AFPs para, apenas meses después, convertirse en accionista de la AFP Horizonte en sociedad con el Banco Mundial, con quien antes había negociado préstamos como ministro. Usó su paso por el estado para enriquecerse personalmente, aprovechando leyes que él mismo diseñó y firmó, reglas que establecen un oligopolio que maneja nuestros fondos cobrando comisiones elevadísimas.
La política pro-Confiep de Boloña
Boloña eliminó el Banco Agrario y los demás bancos de fomento, por lo cual era adorado por los grandes banqueros, dejando al estado peruano sin una herramienta básica para promover sectores claves e innovaciones. Los agricultores peruanos gracias a Boloña pasaron una década sin nadie que desde el estado apoye sus inversiones y posibilidades de innovación y cambio tecnológico, mientras el Banco Agropecuario de China se ha convertido en el cuarto banco más grande de todo el mundo.
Boloña también fue quien más luchó por eliminar a los sindicatos, haciendo reformas legales para que pudieran despedirlos con facilidad al mismo tiempo que la dictadura atacaba a los dirigentes con botas, balas (como la que mató a Pedro Huillca y a Saúl Cantoral) y encarcelamiento injusto.
Boloña fue también el campeón de tirarse abajo a la industria y darle beneficios tributarios y legales especiales a la gran minería. Tampoco los industriales peruanos o los promotores del turismo han tenido apoyo financiero, como sí lo tienen en Alemania, Estados Unidos y demás países desarrollados, luego de que Boloña matara al Banco Industrial. Pero en todos estos años han sido los mineros los que han tenido exoneraciones tributarias especiales. Algunas de las otorgadas por Boloña eran tan exageradas que ya se anularon, como aquél privilegio que les permitía prácticamente no pagar nada de impuesto a la renta porque descontaban de sus impuestos las inversiones que hacía.
Es increíble que hoy, que hasta el FMI habla de diversificar la producción y reducir la desigualdad, haya quienes defienden ese modelo y, por eso, cierren los ojos a la profunda inmoralidad de este personaje nefasto de la historia nacional. Lo peor es que todavía seguimos con este modelo primario-exportador, rentista, concentrador de riqueza y reproductor de desigualdad, que apenas si ha sido modificado marginalmente gracias a la estricta custodia del MEF y el BCR en el aparato del estado, y de la Confiep y los medios concentrados en la política, en donde salen sus propagandistas a defender a Boloña.
Boloña el 2018 y sus defensores fujis
¿Cambió Boloña los últimos años de su vida? Cuando fue sentenciado por ese fraude al estado de 15 millones de dólares que le dieron a Montesinos, se estableció que debía pagar 3 millones de soles al estado por reparación civil. No ha pagado ni un sol. Intentó luego que el Poder Judicial dijera que, como había pasado ya mucho tiempo, la deuda se perdonara, pero no le ligó. ¿Realmente merece defensa alguien que se burla de la justicia peruana? Hoy que la luchamos contra la corrupción es cuando menos debemos olvidar los fraudes pasados.
No sólo engañó al estado. Hace pocos meses, también defraudó a sus hermanos, vendiendo la casa de su madre de noventa años que había sufrido varios derrames cerebrales. Sacó de allí 3 millones de dólares. Ni por esas le dio un sol al estado por reparación civil.
A pesar de todo eso, los voceros políticos del fujimorismo defienden a capa y espada a Boloña. ¿Podemos sorprendernos que Víctor Andrés Ponce, quien reclama al fujimorismo más agresividad y es favorito en el chat de “La Botica”, escriba un panegírico alabando a Boloña? ¿o que haga los mismo Aldo Mariátegui? En el colmo de los colmos, el blog de ultraderecha Lampadia publica a Vicente Silva defendiendo a Boloña, el mismo Vicente Silva Checa que recibió 2 millones de dólares billete sobre billete de manos del “Doc” Montesinos por lo cual estuvo en cárcel 28 meses. Vicente Silva es ahora el asesor negado de la cúpula fujimorista en cuya casa el fiscal Pérez encontró documentos de la comisión Lava Jato del congreso, que bajo la presidencia de Rosa María Bartra han sido negados a los congresistas de la oposición que ese sientan en esa misma comisión (y que si no renuncian ahora, francamente, como les gusta hacer de floreros).
No me regocijo con la muerte de nadie. Pero no creo que haya que reventarle cohetes a quien le ha hecho mucho daño al país ni que debamos olvidar que el modelo neoliberal se estableció gracias a una dictadura corrupta y sobrevive gracias a las falencias de la democracia peruana.
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