En el verano de 2016 discutimos y presentamos una propuesta sobre el sistema de pensiones. Copio lo que escribimos entonces, porque sigue siendo válido hoy, con algunos comentarios entre corchetes:
“Las AFPs nos cobran 1,200 millones de soles de comisiones y el estado invierte apenas 800 millones en Pensión65: la mayor injusticia. [Nota de actualización: el 2018 las comisiones de las AFPs subieron a más de 1,400 millones de soles, el presupuesto de Pensión65 sigue sin llegar a los 900 millones de soles]
De manera inmediata hay que parar los abusos de las AFPs. Aprobar la ley para que nos devuelvan nuestro fondo a los 65 años, que en el congreso Fujimoristas bloquean y a lo que PPK y Guzmán se oponen [pocos recuerdan esto pero así sucedió]. Establecer que trabajadores pueden llevarse sus fondos a un banco o caja municipal, para que haya más competencia y asi bajar las comisiones.
Proponemos una reforma integral del sistema de pensiones con 3 componentes:
- Establecer una pensión universal básica para todos los peruanos. En nuestro gobierno duplicaremos dos veces Pension65, pagando el doble (250 soles mensuales frente a 125 hoy) y llegando a 1 millón de adultos mayores pobres y vulnerables. El costo de esto es de 2,400 millones de soles.
- Transformar y reorganizar totalmente la ONP, para que todos los jubilados tengan una pensión digna de al menos 50% su último sueldo y con un mínimo igual a la RMV. Para mejorar estas pensiones, los empleadores también deben aportar al fondo de pensiones, lo que permitirá reducir la tasa de contribución de los trabajadores. Este sistema nacional de pensiones de aporte tripartito es similar al que existe en Estados Unidos y es parte de los convenios internacionales de la OIT.
- Hacer que las AFPs sean solamente un sistema complementario en el que la afiliación sea libre y voluntaria.
Una vejez digna es un derecho humano. Una pensión digna debe estar garantizada y no estar sujeta a intereses financieros de grupos de poder.”
Estas propuestas, que presentamos entonces con Verónika Mendoza, siguen siendo válidas. Hay que establecer competencia en el sistema de AFPs, y la mejor forma es permitir que bancos y cajas municipales presten ese servicio. Pero no es suficiente, la mejor forma de que los consumidores pudena presionar en ese mercado es que sean libres de no usar ese servicio, haciendo que sea voluntaria la afiliación a las AFPs.
Eso no quiere decir que debamos quedarnos sin sistema de pensiones. Pocas cosas más indignante que una sociedad que no da sustento mínimo a sus adultos mayores, en especial cuando ha habido y hay tanta pobreza, exclusión y discriminación. Hay que resaltar que un sistema de pensiones con sentido social y no sometido a oligopolios financieros, es también un mecanismo para promover la equidad de género, en este caso entre quienes ya no pueden autosostenerse debido a su edada avanzada. Un sistema social de pensiones tiene que poner prioridad en quienes nada tienen, a manera sistencial como es Pensión65. Tiene además que tener un sistema que cuente con aportes de los trabajadores pero también de los empleadores, con redistribución y solidaridad, como funciona en toda Europa, Japón y hasta en la meca del capitalismo individualista, los Estados Unidos, y como lo recomienda internacionalmente la OIT.
Hoy que el sistema de AFPs sigue mostrtando sus serias falencias, es necesario volver a discutir una reforma integral del sistema de pensiones peruano. Nuestras propuestas siguen estando sobre la mesa.
Comentarios recientes