No podemos seguir así: Un año y medio de gobierno de PPK

Escribo estas lineas antes de conocer los resultados claves del procedimiento de vacancia en el Congreso el jieves 21, pero salga pato o gallareta, estando además muy cerca de fin de año, es buena oportunidad para hacer una evaluación del gobierno de PPK a la fecha.

Resulta difícil hoy mirar más allá del involucramiento de PPK con Odebrecht y de las aún poco claras explicaciones de los pagos que recibió de la corrupta empresa constructora. Pero es necesario tener una mirada más completa de su gobierno, de lo que hizo y sobre todo de lo que dejó de hacer por los peruanos. Habiéndose hablado tanto estos dias sobre estos dias sobre PPK y la corrupción, su estilo de gonierno y su relación con el fujimorismo, intentaré ayudar al análisis con una evlauación de sus politicas sociales y económicas.

Empecemos por las políticas sociales. Sí, los gobiernos deben tener políticas sociales. Ustedes saben, que el gobienro haga algo porque la gente tenga atención de salud y se prevengan los riesgos de enfermedades infeccionas y crónicas, que los niños tengan buena alimentación y vayan a colegios de calidad, que haya proyectos para reducir la pobreza extrema, que la discriminación y la exclusión sean combatidas. Si hay que recordarlo es por el total abandono y absoluta negligencia del gobierno a este respecto.

En salud hubo un fuerte recorte del gasto público y una total falta de orientación política. ¿Qué se ha hecho en este año y medio de gobierno? Los primeros meses estuvieron marcados por la crisis desatada por un consejero presidencial nombrado en el cargo no por sus conocimientos de salud pública sino porque atendía al presidente y que resultó ser un sinvergüenza corrupto, y por la crisis del Seguro integral de Salud. No se sabía adónde iba ni que buscaba la ministra Patricia García, finalmente cambiada a mediados del 2016 pero para nombrar a un ex – marino totalmente ajeno al sector. Mientras eso pasa, el desgobierno y los problemas de mala atención en los hospitales y centros de salud se fueron agravando. Mientras tanto, es una comisión del ministerio de economía y finanzas, llamada de “protección social”, la que saca un informe planteando una gran reforma que ni ha sido consensuada dentro del gobierno y con el ministerio de salud.

El ministerio de inclusión social fue primera entregado a la vicepresidenta de Confiep, Cayetana Aljovin, que no sabía nada ni tenía ninguna experiencia en el tema y que no pasó de salir en unas fotos con niñitos muy sonriente. Ahora el MIDIS ha sido encargado a una nueva ministra, Fiorella Molinelli por si no la recuerdan (es fácil olvidarlo) vinculada a lobbies empresariales y sin experiencia en el tema, además cuestionada por el escándalo del aeropuerto de Chinchero. La única iniciativa de mediano alcance del gobierno en el área social ha sido el lanzamiento de una campaña contra la anemia, lo que está muy bien. Sin embargo, esta campaña se concentra en que las familias lleven a sus niños a los centros de salud, donde hay que hacer enormes colas y hay un total desabastecimiento de medicinas equipos, mientras se deja de lado la necesidad de promover la alimentación saludable con advertencias publicitarias firmes para la comida chatarra y no utiliza una fortificación de alimentos de consumo masivo que sería lo recomendable según los estudios del Consenso de Copenhague.

El fujimorismo, por cierto, no ha ayudado en nada al respecto. ¿Alguien recuerda alguna iniciativa de la bankada naranja por mejorar la salud o reducir la pobreza? Por el contrario, a pesar de que en una verdadera epidemia más de la mitad de los adultos peruanos hoy tienen sobrepeso u obesidad, los Fujis quieren tirarse abajo la ley de alimentación saludable, con un proyecto de ley presentado por Daniel Salaverry y pasado por una comision ironicamente llamada de defensa del consumidor, para beneficiar a los monopolios de la comida chatarra industrializada. En educación, el fujimorismo se trajo abajo a dos ministros de educación solo para hacerle guiños a una ultraconservadora banda religiosa, encabezada por unos evangelicos traferazos que hacen campaña contra la igualdad para las mujeres. Para los campesinos pobres, el fujimorismo junto con el gobierno han defendido el monopolio de leche Gloria que paga miserias por la leche a los ganaderos. Por otro lado, peligrosamente la bancada keikista quiere exonerar de impuestos a Lan (hoy Latam) y mantiene los beneficios a casinos, bancos y mineras, quitando así financiamiento a los programas sociales. En resumen, en materia de politica social, a juzgar por sus hechos en el Congreso, el fujimorismo no ha mostrado absolutamente nada de supuesta empatía con los pobres que el simbolo de la mototaxi evoca para algun politólogo naranjita. Lo que algunos llamaron “populismo autoritario” hoy se ha quedado sin la primera parte.

POLITICA ECONOMICA

Veamos en segundo lugar la economía, tema en el cual el gobierno de PPK cometió dos grandes errores y dos omisiones de grandes consecuencias. Los dos grandes errores fueron aplicar un ajustón de la inversión fiscal apenas entrado al gobierno y paralizar las políticas de diversificación productiva. A eso debe sumarse una omisión clave: no aplicaron una política para que el crédito fuera más barato y de más fácil acceso, lo que hubiera facilitado una necesaria reactivación (en este tiene co-responsabilidad los directores fujimoristas del BCR entre los que destaca el secretario general de Fuerza Popular José Chlimper). El resultado de esta política ha sido una parálisis económica, ya que el crecimiento promedio del PBI no llegará a este año ni a los 2,8 % pronosticados por el gobierno. Pero mucho peor es lo que pasa con la industria, que viene cayendo hace ya varios años y para la cual las últimas estadísticas muestran que el retroceso fue de -5.5 en julio, -0,9 en agosto y -2,6 en setiembre. Si bien es cierto ha habido una tardía reacción del gobierno que ha aumentado la inversión pública recién a partir del tercer trimestre, en este caso sucede lo mismo que con el discurso de PPK: muy poco muy tarde.

Estos resultados tienen profundas implicancias sociales y, por consiguiente, políticas. Lo que tenemos ahora es un consumo totalmente estancado y deprimido, que realimenta la recesión industrial. En el tercer trimestre 2017 el consumo creció cero. O sea, no registró crecimiento alguno. Mientras los ingresos en Lima del conjunto de la población caían 2,2 por ciento, porcentaje al que hay que sumar el alza de precios, llegando a una pérdida real de ingresos cercana al 4 por ciento. No debe sorpender, por ello, que los estudios de marketing para estas navidades indiquen que en promedio las familias gasten menos: no se trata de un tema de “clima de pesimismo” o poca confianza del consumidor como dicen los marketeros despistados, es simplemente el resultado natural de billeteras vacias.
Como detallamos la semana pasada, a nivel nacional se perdieron 81 mil empleos en empresas, y en Lima son 40 mil los empleos adecuados perdidos. Gracias a ello, la informalidad, que era el gran problema a confrontar según este gobierno, ha aumentado de 65% a 66,5%.

La parálisis económica y las malas políticas también se han traído abajo los ingresos fiscales, que a pesar del alza de precios internacionales que levanta las ganancias de mineras y pesqueras, en el regsitro a octubre se mantienen sin mejoría. Esto tiene serias consecuencias, porque con una presión tributaria tan baja como la que tenemos no se ouede tener la salud, educación, seguridad ciudadana e infraestrucura minimas para una vida con calidad y un desarrollo sostenible.

El fujimorismo tampoco en este caso ha dado aportes para mejorar las cosas. En el BCR son claramente corresponsables de la política monetaria ¿o alguien ha oido a Chlimper la menor crítica a las altas tasas de interés que mantiene el directorio del BCR del que él forma parte, elegido con otros dos directores por la bancada de Keiko? Tampoco el fujimorismo ha planteado nada para reactivar la industria o la agricultura nacional, y ha traicionado a la ganadería. Y en el tema tributario, por beneficiar a lobbies diversos han presentado propuestas absolutamente irresponsables.

CAMBIO DE POLITICA

Sea cual sea al resultado de ayer y sea quien sea que nos gobierne los próximos meses, sea PPK o sea Vizcarra, un cambio de política es fundamental. Gobernar de manera transparente y luchar con firmeza dando el ejemplo contra la corrupción, apoyando a los fiscales y jueces y defendiendo la autonomía del Tribunal Constitucional enfretando el golpismo fujimorista, es la clave mas discutida estas semanas. Pero también es crucial un cambio en la política económica y social. En año y medio, el empleo ha caído y no hay una política social fuerte que amplie los derechos básicos y enfrente la exclusión y las discriminación. No podemos seguir así.

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