La Fujimori y su pacto sucio con las grandes agroexportadoras

Keiko tiene una larga relación con las grandes empresas agroexportadoras, a las que ha beneficiado con miles de millones en exoneraciones tributarias, recibiendo a cambio un billetón para sus bolsillos.

Esta historia tiene un hito inicial clave cuando en el año 2000, tras la re-re-reelección fraudulenta de Alberto Fujimori, el dictador con su ministro José Chlimper sacaron una ley con miles de millones de exoneraciones y beneficios a los grandes agroexportadores. Esta ley les daba a estos empresarios beneficios especiales que les permitieron pagar la mitad del impuesto a la renta que todos los demás sectores, concepto por el cual solo en el último año de vigencia, el 2019, se llevaron a sus bolsillos 383 millones de soles del estado. Además a sus trabajadores no les daban gratificaciones en julio y diciembre ni les hacían depósitos de Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). También pagan menos contribuciones a EsSalud que cualquier otro empleador: el 2019 fueron 250 millones que se llevaron gracias a este beneficio, afectando la atención a todos los asegurados, ya que significa menos medicinas, menos médicos y menos hospitales en EsSalud.

Esta ley Fujimori – Chlimper permitía también que las empresas agroexportadoras contraten trabajadores a plazo fijo sin ningún tipo de límites, mecanismo que les permite despedir sin ninguna cortapisa y así impedir todo intento de sindicalización. Estas condiciones de sobreexplotación fueron las que llevaron a las grandes protestas de los trabajadores de la agroexportación a fines del año pasado, con cierre de la carretera panamericana por varios días y que terminaron con tres muertos y decenas de heridos.

Estos enormes beneficios a las grandes agroexportadoras debían terminar el 2021, pero el congreso anterior bajo la mayoría de la bancada de Keiko aprobó un proyecto de ley, primero en comisiones y luego en el pleno del congreso, para que siguieran vigentes hasta el 2031, a un costo para el estado de más de 5 mil millones de soles. Antes, en agosto 2018, la propia Keiko había apoyado estos enormes subsidios a las agroexportadoras.

CHLIMPER

No es por gusto que Keiko se ha movido activamente para dar estos millonarios beneficios a las agroexportadoras. Keiko tiene varios nexos con el sector agroexportador, siendo el más importante José Chlimper, el  ex – secretario general de Fuerza Popular y dueño de la empresa Agrokasa. Chlimer donó 200 mil soles a la campaña de Keiko el 2011 y otros 200 mil el 2016. Pero ha hecho otros operativos que revelan su gran cercanía con Keiko: fue él quien llevó 210 mil dólares en efectivo en un maletín al dueño de RPP, Hugo Delgado, como pago de propagandas. Ese año Keiko había recibido un millón de dólares de Odebrecht, también en maletines en efectivo, cuando Chlimper era director de Graña y Montero, la constructora peruana corrupta socia de Odebrecht en varias coimas. Está claro que han manejado juntos mucho dinero sucio. La relación de Keiko con Chlimper se profundizó cuando el 2016 Chlimper fraguó unos audios intentando limpiar a Joaquín Ramírez, entonces secretario general de Fuerza Popular, de la acusación de narcotraficante investigado por la DEA. Esos audios los difundieron en Panamericana TV pero se descubrió que eran manipulados y falsos. Luego de todas esas fechorías, Chlimper recibió como premio por la mayoría fujimorista del Congreso el ser nombrado director del BCR, donde aún decide y cobra.

En cuanto a los beneficios de Chlimper con la ley de agroexportación aprobada por él mismo, su empresa Agrokasa tenía 4,700 trabajadores a los cuales con esa ley dejó de pagarles cerca de 23 millones de soles anuales a pesar de que tenía activos por 240 millones y utilidades anuales por 35 millones de soles.

OVIEDO

En el sector agroindustrial también está el grupo Oviedo para el cual trabaja Antonio Becerril, dos veces candidato por Fuerza Popular al gobierno regional de Lambayeque y hermano del ex- congresista Héctor Becerril. Edwin Oviedo se apoderó de las azucareras Tumán y Pomalca gracias a jueces corruptos que nombraron como administradores de esas empresas a delegados suyos como Héctor Becerril. Gracias a eso Oviedo controló dos enormes empresas obteniendo una millonaria renta mientras no pagaba sus contribuciones a Essalud ni la SUNAT y se beneficiaba de ley de agroexportación Fujimori-Chlimper.

Gracias a los audios grabados por el seguimiento a “los cuellos blancos del Callao” se ha conocido que Héctor Becerril vinculó al ex – juez supremo corrupto César Hinostroza con Edwin Oviedo, habiendo un pacto entre estos dos mediante el cual Hinostroza ayudaba a Oviedo en las acusaciones fiscales en su contra y a cambio Oviedo le pagaba 3 mil soles mensuales y le daba entradas para el mundial de fútbol (Oviedo era presidente de la FPF entonces). Cuando Oviedo enfrentó investigaciones el 2017, el congresista Becerril llegó a presionar a la fiscalía para favorecerlo. Becerril también coordinó con Hinostroza días antes de que la sala de la Corte Suprema presidida por él fallara a favor de Keiko Fujimori en una demanda para que se cerrara la investigación en su contra por el caso de “los cócteles” –una de las formas como justificaban aportes ilícitos a su campaña. El mismo Hinostroza se reuniría con la “señora K”, según lo indican los audios y lo ha confirmado Antonio Camayo de Iza Motors. Todo un entramado de relaciones entre empresarios corruptos, jueces corruptos, la familia Becerril y Keiko.

“LECHE GLORIA” Y LOS RODRIGUEZ BANDA

Podemos añadir entre los beneficiados de la ley de agroexportación al grupo Gloria, propiedad de los hermanos Rodríguez Banda, unos de los mayores millonarios del Perú, quienes son dueños de 90 mil hectáreas, la mayor concentración de tierras en la costa jamás vista en el Perú, parte de ellas comprada a precio huevo durante el fujimorato. Ellos tienen una historia negra previa con Alberto Fujimori, ya que en un vladivideo de 1999 se ve cómo Vladimiro Montesinos le cuenta a varios generales del ejército como iba a financiar la campaña de reelección. Vladimiro dice en ese video que “(Vito Rodríguez) me ha regalado 10 carros para patrullar en Arequipa y él va a pagar el millón de dólares que cuesta poner la papele­ría en Lima y Callao. Él va a dar la cara, dice yo estoy do­nando pero no va a donar ni medio. ¿Quién no va a creer que la leche ‘Gloria’, que los Rodríguez Banda no po­nen un millón de dólares al año?”. Enfrentando a la justicia, Vladimiro Montesinos declaró que uno de los Rodríguez llegó al SIN para simular su donación. Ellos ya habían declarado ante una comisión investigadora del congreso presidida por Javier Diez Canseco que aportaron 970 mil dólares para la anticonstitucional re-re-reelección de Fujimori.

Los dueños de “Leche Gloria” pusieron otros 200 mil dólares para la campaña de Keiko del 2011, en aportes que ilegalmente no fueron declarados a la ONPE. Uno de los hermanos Rodríguez Banda estuvo presente en la célere reunión oculta de la Confiep para hacer una bolsa en favor de Keiko para la segunda vuelta ese año, bolsa que junto 2 millones de dólares, de los cuales 200 mil fueron puesto por el grupo Gloria.

Ellos recibieron de Keiko no sólo la prórroga de la ley Fujimori-Chlimper que les regaló millones del estado, además de eso Keiko también los benefició cuando se opuso a los octógonos de la alimentación saludable, ya que algunos de sus productos lácteos son altos en grasas y su demanda sería afectada por esas advertencias obligatorias. Recordemos que Gloria SA hace unos años mezclaba varios productos con grasa vegetal y vendía eso tramposamente como si fuera leche “Pura Vida”

¿Y LOS PEQUEÑOS AGRICULTORES?

La gran agricultura de exportación ha recibido además 7 mil millones en subsidios en tierras puestas en valor por varias grandes irrigaciones estatales, puede sacar fácilmente sus productos gracias a carreteras y puertos financiados por el estado, pagó durante décadas la mitad del impuesto a la renta que los demás y se beneficia de 150 millones anuales en contribuciones recortadas a EsSalud. En contraste, la pequeña agricultura familiar de sierra y selva debe transportar sus productos por pésimas trochas con mucho riesgo y altos costos, mientras se facilita la importación de trigo, leche y arroz que les quita mercado a los productores nacionales y deprime sus precios. Muchas de estas importaciones vienen subsidiadas por países desarrollados que destinan enormes sumas a ese fin; Estados Unidos aprobó a finales del 2017 una ley para apoyar a sus agricultores con 867 mil millones de dólares la próxima década de tal manera que los agricultores peruanos enfrentan una competencia desleal.

Aún así Keiko y su mancha de la Confiep defienden el modelo vigente, que como vemos es de un “capitalismo corrupto de amigotes”, niegan la necesidad de frenar importaciones que hacen competencia desleal a los campesinos y critica que se proponga una Segunda Reforma Agraria. Como si el suelo estuviera parejo, como si estos nuevos latifundistas no tuvieran desde hace décadas enormes subsidios y facilidades para exprimir a sus trabajadoras, mientras los campesinos siguen con caminos de trocha, precios miserables por sus productos y sin crédito de apoyo ni promoción de nuevas tecnologías. Como dijera Micaela Bastidas, cuyo estrangulamiento cumpliera 240 años este lunes pasado, “ya no tengo paciencia para aguantar todo esto”. El pueblo peruano siente eso mismo y quiere pronto una Segunda Reforma Agraria.

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