Abajo los Precios de las Medicinas

El gobierno está presentando un proyecto de ley para que todas las farmacias vendan medicinas genéricas. Esto ayudaría a que los grandes monopolios no sean tan abusivos en los precios, pero aunque es una medida importante, es sólo parcial.

Recordemos primero dos elementos claves. El primero es que InRetail, grupo dueño de Inkafarma y Boticas Arcangel, compró hace año y medio Química Suiza y las cadenas Mifarma, BTL y Fasa. Con eso tiene una fuerte posición monopólica al controlar el 83% de las ventas de cadenas de boticas. Pocos años atrás Inkafarma, Mifarma, Fasa y Boticas Arcángel fueron multadas con 9 millones de soles por Indecopi porque se pusieron de acuerdo para subir los precios de 36 medicinas. Hoy las cadenas que antes arreglaban por lo bajo para evitar la competencia entre ellas y cobrar precios abusivos, ahora responden a un único propietario y pueden subir los precios a su antojo.

El dueño de InRetail y este nuevo monopolio de boticas es Carlos Rodríguez-Pastor, el más rico de todos los billonarios peruanos, habiendo acumulado una fortuna de 4,100 millones de dólares, siendo propietario además de las tiendas Plaza Vea, Vivanda y Mass y en el sector financiero del Interbank y de Interseguro. La riqueza que acumula esta única persona equivale a lo que tienen para vivir durante todo un año los 6 millones de peruanos más pobres. CRP, como le dicen en los medios financieros, es hijo de otro Carlos Rodríguez-Pastor, quien fue ministro de economía entre 1982 y 1984.

Hace poco, un amigo mío italiano que venía a Lima luego de muchos años me contaba que estaba sorprendido de la cantidad de boticas que había, ya que en su país, nación de altos ingresos y envejecimiento avanzado, eran mucho menos frecuentes. Es que el negocio es enorme, en el Perú se venden medicinas por 2 mil millones de dólares anuales y debido a la escasa presencia de la seguridad social y el crónico déficit de atención y de medicamentos en EsSalud y el SIS, el 70% por ciento de todas las medicinas se venden de manera privada; mientras en Europa y otros países con derecho efectivo a la salud la venta de medicinas es mucho menor porque el sistema de seguridad social cubre las necesidades.

PRECIOS ABUSIVOS

¿Cobran demasiado las farmacias o es que como funciona la libre oferta y demanda ´el suelo está parejo´? Hace apenas dos meses, se realizó un estudio sobre la venta de medicamentos y sus precios luego de que Rodríguez-Pastor lograra tener un dominio monopólico en las cadenas de boticas, investigación hecha por AIS-Acción Internacional de la Salud con Oxfam y RedGE. Para la investigación fueron a distintas boticas a preguntar por una media docena de medicinas muy usadas, qué les recomendaron a los consumidores y cuánto cobraban. Acá los cuento algunos resultados.

El naproxeno es un antiinflamatorio muy usado, yo al menos lo tomo con cierta frecuencia para diversos dolores, y aunque a algunas personas les puede causar molestias estomacales a  mí no me pasa eso. Pues quien va a una tienda de la cadena de Rodríguez Pastor a pedir naproxeno en un 90 por ciento de veces le van a recomendar la marca que él mismo fabrica, una tableta llamada Iraxen por la que cobran 1 sol 50 céntimos la pastilla mientras que el genérico cuesta la sexta parte, apenas 25 céntimos. De esa manera el monopolio de Rodríguez-Pastor cobra 6 veces más de lo que cobran otros, aprovechándose de que los consumidores no tienen esa información y de que casi todas las cadenas de boticas le pertenecen, así que buscar una alternativa cuesta tiempo y transporte adicional.

Losartan es un remedio muy recetado a personas con presión alta, yo también lo tuve que tomar algunos meses en el pasado. Rodríguez-Pastor te vende la tableta de 50 mg a 3 soles como Losadel cuando el genérico cuesta 43 céntimos y una estimación de costos alcanza apenas 5 céntimos.

Azitromicina es un antibiótico hoy bastante usado para infecciones a la garganta; si van a una tienda del grupo Rodríguez Pastor en un 70 por ciento de veces les van a ofrecer una de sus marcas, principalmente con el nombre de Azitor 500 mg que cuesta 12 soles cada pastilla cuando el precio promedio del mismo remedio en su versión genérica cuesta menos de 2 soles. El estudio de AIS-Oxfam-RedGE detalla además que el principio activo, es decir propiamente el agente químico que actúa en el cuerpo humano, cuesta importarlo apenas 15 centavos por tableta. Aún añadiéndole 100 por ciento adicional del excipiente (el material que se añade para hacer la pastilla) y costo de producción, más 50 por ciento del empaque, 50 por ciento adicional de ganancia del fabricante y 30 por ciento adicional de ganancia para la cadena de farmacia, podría venderse a 74 céntimos.

Estas enormes diferencias de precios ya se han encontrado en varios estudios anteriores. El año pasado fue la Defensoría del Pueblo quien mostró que, por ejemplo, la amoxicilina en jarabe costaba 2,30 soles el genérico en los centros del Ministerio de Salud y 4,10 en las boticas pero el remedio de marca subía hasta 16,90.

Hasta las clínicas privadas coinciden en el diagnóstico; miren nomás lo que dice uno de sus gerentes: “resulta interesante analizar la relación que existe entre los precios de  medicamentos de Perú comparados con otros países de Latinoamérica, cuando se compara el mismo principio activo, la misma presentación, la misma marca,  del mismo laboratorio, resulta que con frecuencia el precio del mercado peruano es mayor, asumimos con esto que en otras países de la región sus gobiernos han tenido una posición y manejo más técnico y político que el nuestro frente a la industria farmacéutica” (Sebastián Céspedes, Consejero de la Asociación de Clínicas Privadas, Gerente General Adjunto de la Clínica Ricardo Palma).

SIN INFORMACIÓN Y DESORIENTADOS

El que todas las farmacias y boticas estén obligadas a tener genéricos a la venta es una buena medida. Pero hay otros problemas que enfrentar.

Una política de las farmacias que les ayuda a cobrarnos precios abusivos es la falta de información. El estudio de la Defensoría del Pueblo encontró que 66% de farmacias privadas no tenían lista de precios y aunque hay un “observatorio de precios de los medicamentos” del ministerio de salud (pueden consultarlo en http://observatorio.digemid.minsa.gob.pe/), según la Defensoría el 70% de los precios que piden las farmacias no coinciden con lo que han declarado a este portal público.  Es decir, nos engañan abiertamente. ¿Qué espera Indecopi para fiscalizar que haya información correcta al público?

Otro problema es que muchas veces los médicos y profesionales de la salud no incluyen el nombre genérico (llamado “denominación común internacional”) en la receta, como es obligatorio por ley. Las trasnacionales farmacéuticas por su parte despliegan un ejército de visitadores médicos para convencer a los doctores, casi siempre sin la evidencia científica necesaria, de que sus marcas son mejores. Esta práctica en muchas partes del mundo está severamente regulada, pero no acá donde las trasnacionales recurren a una serie de regalitos (pasajes gratuitos dobles a destinos turísticos, etc) para torcer la voluntad de los médicos a su favor.

Otra política necesaria para facilitar el acceso a medicinas y rebajar su precio es asegurar que las farmacias de los hospitales y centros del Ministerio de Salud y de EsSalud estén bien abastecidas de manera permanente, de tal manera que los pacientes no tengan que salir a comprar a una botica privada. Si junto a eso el Ministerio de Salud explicara bien que los genéricos tienen la misma potencia curativa que los remedios de marca y desarrollara un app de fácil uso para que podamos ubicar los precios de cada medicina en varias farmacias cercanas, se podría avanzar muchísimo en reducir precios.

Mientras tanto, obligar a las cadenas de boticas a  vender genéricos es una buena medida que espero pueda ahorrarle a mi familia unos cuantos cientos de soles al año. Es que debemos comprar levotiroxina de manera permanente y cada vez que viajamos comparamos precios, así que puedo dar fé de que ese remedio es más barato en Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina y hasta en Cambodia. Escribiendo este artículo busco ese producto en Inkafarma, la cadena del “billonario número 1”  Rodríguez Pastor: no venden el genérico pero sí el de marca, al precio de 1,60 la pastilla, bastante caro, ya que en otros sitios se puede conseguir el genérico a la mitad de ese precio. Cuando las cadenas dominantes lo tengan que vender, podré ahorrarme con facilidad un buen dinerito.

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